Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Y ahora, ¿cómo bajo?
No es lo mismo bajar, que caer, que ser tumbado. Los ascensos son momentos
de gloria que a todos nos llegan en algún recodo del camino. Entre más alto se
llega, mayor es el reconocimiento y la admiración, pero también es más
complejo el descenso. El error está en empeñar demasiadas energías en subir,
y muy pocas al cómo bajar, porque todo lo que sube, baja. Pensemos en los
despidos, los fracasos, los retiros forzados, los errores con graves
consecuencias, el verse superado y desplazado por otro, todo esto es muy
duro. El ser promovido, para ser quitado, también es triste. El hombre
prudente sabe retirarse con dignidad y a su debido tiempo, satisfecho de haber
cumplido con la misión encomendada. Si no es posible salir en hombros por
la puerta grande, al menos hay que saber salir en paz por la puerta chica.
Apartarse a tiempo del poder, es signo de sensatez, porque el tener que ser
removido por la fuerza, es vergonzoso. No se puede vivir encaramado a la
fama, como el gato a la copa del árbol. La masa es generosa para otorgar la
gloria, pero celosa para quitarla a su tiempo. Como dijo Kempis: O quam cito
transit gloria mundi . (¡Oh, qué rápido pasa la gloria del mundo!)
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