Sin fe “toda reforma estructural será ineficaz”
“Vivimos en un tiempo caracterizado en gran parte por un relativismo subliminal
que penetra todos los ambientes de la vida. A veces, este relativismo llega a ser
batallador, dirigiéndose contra quienes afirman saber dónde se encuentra la verdad
o el sentido de la vida. Y notamos cómo este relativismo ejerce cada vez más un
influjo sobre las relaciones humanas y sobre la sociedad. Esto se manifiesta en la
inconstancia y discontinuidad de tantas personas y en un excesivo individualismo.
Hay quien no parece capaz de renunciar a nada en absoluto o a sacrificarse por los
demás. También está disminuyendo el compromiso altruista por el bien común, en
el campo social y cultural, o a favor de los necesitados. Otros ya no son idóneos
para unirse de manera incondicional a un compañero. Ya casi no se encuentra el
valor de prometer fidelidad para toda la vida; el valor de optar y decir: “yo ahora te
pertenezco totalmente”, o de buscar con sinceridad la solución de los problemas
comprometiéndose con decisión por la fidelidad y la veracidad”.
El Papa observó en un discurso que, en el programa expuesto, al análisis sigue la
reflexión común en la que la persona humana debe ser considerada en su totalidad,
de la que forma parte -no sólo implícita, sino explícitamente-, su relación con el
Creador. Fue de esta manera que el Sucesor de Pedro, subrayó los acuciantes
problemas que aquejan al mundo occidental, el mundo rico:
“Vemos que en nuestro rico mundo occidental hay carencias. Muchos carecen de la
experiencia de la bondad de Dios. No encuentran algún punto de contacto con las
Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales. Pero, ¿por qué? Pienso que
esta es una pregunta sobre la que debemos reflexionar muy seriamente. Ocuparse
de ella es la tarea principal del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva
Evangelización. Pero, evidentemente, se dirige a todos nosotros. Permitidme
afrontar aquí un punto de la situación específica alemana. La Iglesia está
organizada de manera óptima. Pero, detrás de las estructuras, ¿se encuentra la
fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en un Dios vivo? Debemos decir
sinceramente que hay un desfase entre las estructuras y el Espíritu. Y añado: La
verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si no
llegamos a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será
ineficaz”.
Jesús Domingo Martínez