Benedicto XVI, una visita y un acontecimiento que nos congrega,
Aún sin que haya llegado el momento, la venida de Benedicto XVI es todo un
acontecimiento. Por supuesto que según la mentalidad, serán las notas que hacen
presente al Papa en los medios escritos. Y son dos los polos que más atraen la
atención. En primer lugar están los números, los pesos, los dividendos, las entradas
que generará para todos la estancia del Papa entre nosotros. Comerciantes,
banqueros, hoteleros, gente de turismo, gobiernos municipales, estatales y
federales, están preparados para atender a los visitantes. En segundo lugar, se
destaca la seguridad del Pontífice, pues como todo hombre público, está expuesto a
un atentado de tantas y tantas organizaciones que tratan de acaparar la atención
mundial, aunque para ello se sacrifiquen vidas humanas inocentes. Este hecho nos
ha impedido hasta el momento, conocer los lugares de paso, donde las gentes
podrían tributarle su homenaje al Pontífice y sentir su presencia y su bendición.
Todo sea pues, por su seguridad. Otros asuntos que se destacan, será la opinión de
aquellos que piensan que la visita del Pontífice obedece a motivos políticos, ya que
estando en época de elecciones, él podría inclinar la balanza a determinado partido.
También se destaca la avaricia de gentes que contra viento y marea están
vendiendo y revendiendo boletos que aún no salen, para la Misa en el Parque
Bicentenario.
Pero hay también artículos serios que han estado destacando valiosamente la figura
del ilustre visitante. Nos revelan datos que para el común de la gente han estado
ocultos, pues tal parece que cuando Juan Pablo II murió, se cerraron los medios de
comunicación y sólo se nos dan a cuenta gotas noticias sobre la vida y la Palabra
papal. De alguna forma, en estos momentos, parece más importante el estado de
salud del “Coqueto” asesino serial de mujeres que la visita que nos ocupa.
Y aquí tendríamos que hacernos muchas preguntas, nosotros, Pastores. Apenas me
he enterado de que hay todo un cuadro organizacional muy grande de nuestra
Arquidiócesis para preparar la estancia del Pontífice entre nosotros. Pero, ¿No habrá
más revuelo en los medios que entre nosotros? ¿Porqué hay mucha gente que aún
ignora que el Papa estará entre nosotros, o que ignoren por lo menos la fecha de su
estancia en León? ¿Habremos sentido que es en verdad un acontecimiento la visita
nada menos que del Romano Pontífice que señaló con el dedo precisamente a
nuestras tierras? ¿No habremos dejado pasar una gran oportunidad para mostrar lo
que es nuestra Iglesia fundada en la fe en Cristo Jesús muerto y resucitado pero
fincada también en la Roca que es Pedro y que sostiene la continuidad de la Iglesia
hasta que todo sea entregado al Padre? Si el folleto auspiciado por nuestra
Arquidiócesis que ha circulado en pocas manos, si el tríptico que se ha repartido a
últimas fechas junto con una “estampita” de Benedicto XVI hubieran fallado, ¿Cuál
tendría que ser el plan de emergencia en torno a la visita Papal? ¿No nos hará falta
un poquito de oración? Aún tenemos dos semanas, horas santas, visitas al
Santísimo, y sobre todo, dos homilías dominicales que harían posible que la figura
del Pontífice no sea la de un hombre lejano, tímido, circunspecto e intelectual, sino
la de un hombre que al igual que Juan Pablo II ha entregado su vida al servicio de
la Iglesia y que se refleja en todos sus mensajes como un hombre cálido, acogedor,
conocedor profundo del hombre y de su tiempo que invita a una nueva
evangelización en todos los continentes. Que no pasemos a la historia como
pastores ciegos, sordos y mudos, sino hombres y Pastores que al frente de su
pueblo, puedan salir a las calles, a manifestar su alegría y su fe en la presencia del
Vicario de Cristo.
Pbro. Alberto Ramírez Mozqueda