DIOS LO PRIMERO
Aún los mejores creyente suelen portarse cicateramente
con Dios, su Padre. No ignoran que todo lo que son y todo lo que
tienen se lo deben a El, autor de la vida y dador de todo bien. Saben
que antes que ellos existiesen y amasen a
Dios, él tuvo la iniciativa y les amó primero,
llamándoles a la existencia.
Conocen que Dios Padre les hizo
hijos adoptivos suyos por el sacramento del
bautismo. Que Dios Hijo, Jesucristo, se
encarnó, padeció, murió y resucitó por
ellos. Que Dios, Espíritu Santo, habita en
ellos por la gracia santificante. Que están
llamados a formar parte de la familia divina,
la Sma. Trinidad, a vivir su misma vida divina por siempre y a
heredar todos los bienes sobrenaturales, en su casa del cielo.
Pues bien, todo esto es olvidado o pospuesto, por la mayor
parte de los cristianos, cuando dan de lado o vuelven la espalda a
Dios en sus vidas. Acuden a él sólo cuando le necesitan y muy
pocos son los que colocan a Dios lo primero y en el centro de sus
vidas. Parece que se han olvidado del primer mandamiento del
Decálogo: "Amarás a Dios sobre todas las cosas".
He aquí un motivo serio de reflexión para cuantos se toman en serio
su fe y el sentido último de sus vidas. Mientras algo o alguien,
desplace a Dios, ocupando lo primero en sus vidas, algo importante
está fallando.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN