FUTBOL (F) Y RELIGION CRISTIANA (RC)
He aquí dos temas de perenne actualidad y de los que casi todo el mundo
suele hablar con diverso conocimiento teórico y práctico. Temas que a
pocos dejan indiferentes, que ocupan y preocupan a muchísima gente y que
apasionan e ilusionan tanto a chicos como a mayores. Ambos F y RC
prendieron y se aprendieron de pequeños, bien por los medios, en familia o
en ambientes diversos. También F y RC despiertan sentimientos, emociones
y apreciaciones muy distintas, desde la indiferencia a la entrega de por
vida. Lo que en general todo el mundo valora, tanto en F y RC, son los
comportamientos y actos de cada persona o del grupo (equipo) al que
pertenece.
En el F y RC se dan toda gama de seguidores. Desde el simple diletante o
aficionado de lejos, mero espectador; hasta el que se lo toma tan en serio,
como parte importante de su vida. Quienes se dedican en cuerpo y alma a su
práctica, llaman pronto la atención y hay seleccionadores que se fijan en
ellos y cuando ven una clara y decidida vocación les orientan y ayudan a
pertenecer a un grupo o comunidad reconocida (clubs, seminarios).
Dicho esto, cabría añadir unas diferencias entre F y RC que son muy
peculiares y distintas. En RC solo Dios conoce, valora la interioridad de
cada persona y llama y selecciona no por lo que se ve, sino por lo que hay
dentro del corazón. Quien siente la llamada de Dios tiene siempre ante sí un
único referente: la figura de Jesús muerto y resucitado. Quien le sigue en
medio de tribulaciones y sufrimientos en la vida terrena, llegará un día
por venir -palabra de Dios- que será coronado de gloria y de vida feliz y
para siempre.
Disculpe el lector estas sencillas lucubraciones o reflexiones de un cura
mayor, que ha tratado en su vida, con fallos y altibajos, seguir la llamada
de Dios y que confía no en su valía personal, sino en su bondad y
misericordia infinitas como todos los humanos.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.