Benedicto XVI y sus escritos
Rebeca Reynaud
En un artículo titulado “La fiesta y la cruzada”, Mario Vargas Llosa, dice de
Benedicto XVI: Su timidez ante las muchedumbres aflora de modo invencible en
esa manera casi avergonzada y como disculpándose que tiene de dirigirse a las
masas. Pero esa fragilidad es engañosa pues se trata probablemente del Papa más
culto e inteligente que haya tenido la Iglesia en mucho tiempo, uno de los raros
pontífices cuyas encíclicas o libros, que un agnóstico como yo puede leer sin
bostezar; su breve autobiografía es hechicera y sus dos volúmenes sobre Jesús más
que sugerentes.
Creyentes y no creyentes debemos alegrarnos por eso de lo ocurrido en la JMJ de
Madrid en estos días en que Dios parecía existir, el catolicismo ser la religión única
y verdadera, y todos como buenos chicos marchábamos de la mano del Santo
Padre hacia el reino de los cielos ( LaRepública.pe (Perú).
Efectivamente, Benedicto XVI es una de las mentes más grandes de la Iglesia
católica, es un gran pensador y un maestro nato. Es un Papa providencial. “Es un
hombre de mucho corazón y un luchador que se mantiene de pie ante una
tormenta, alguien que no tiene miedo”, dice Peter Seewald. Una de sus metas es
compartir el evangelio. Quizás sea el hombre más bien informado del mundo y, a
pesar de que conoce nuestra época, no pierde la esperanza ni la alegría porque
sabe que Dios sostiene al mundo y a la Iglesia.
Joseph Ratzinger es un hombre moderno. Conoce muy bien a los Padres de la
Iglesia, especialmente a San Agustín, las tradiciones y los problemas actuales.
Siempre intenta ver las cosas de una manera crítica, y sabe ver hasta el fondo de
cada cuestión, por eso logra entenderlas y ver lo positivo, lo negativo,
especialmente en el marco de los nuevos tiempos. No es ningún reaccionario, trata
de entender otras formas de pensar y las respeta.
El Papa no ama el poder, ama el estudio. Se ha pasado la vida rezando, estudiando,
reflexionando y escribiendo. Solamente ha habido dos Papas que han escrito libros
siendo Papas: Juan Pablo II y Benedicto XVI. Tiene varios libros de Teología que
sólo entienden los expertos en el tema. El Informe sobre la fe , según nuestro punto
de vista, es un libro para el gran público, al igual que sus libros-entrevista escritos
en colaboración con Peter Seewald, como el de Luz del mundo, donde habla de los
problemas de la sociedad, de su Pontificado, de la crisis de la Iglesia y de la
importancia de amar la verdad y fortalecer la fe. Siempre que puede, con ocasión y
sin ella, recomienda la lectura del Catecismo de la Iglesia Católica , a todos los
fieles e incluso a los Obispos.
Su autobiografía, Mi vida 1927-1977 , no tiene igual. Siendo Papa escribió los tres
tomos de Jesús de Nazaret; el tercero está en revisión. Su tema central de estudio
y oración es Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Además, impacta su amplia
cultura y su capacidad de diálogo. Es un experto cuando maneja el tema de la
libertad. Dice que “En la mente del hombre contemporáneo la libertad se manifiesta
en gran medida como el bien absolutamente más elevado, al cual se subordinan
todos los demás bienes”. Habría que leer su ensayo titulado “Verdad y Libertad”.
Tiene dos Exhortaciones apostólicas, una sobre la caridad (2007) y otra sobre la
Biblia ( Verbum Domini , 2010). Tiene Homilías desde el año 2005 hasta el 2012,
con temas que conciernen a las fiestas litúrgicas, ordenaciones, solemnidades, etc.
Tiene mensajes para las Jornadas Mundiales de la Juventud, de Cuaresma y de
otros temas. Como fruto de un Sínodo de Obispos escribió sobre la Eucaristía. Tiene
muchos discursos dados en el Angelus o Regina Coeli. Tiene cartas a presidentes,
cardenales, obispos, músicos, artistas y a otras personas. Cartas apostólicas con
motivo de varias beatificaciones y una carta apostólica sobre la Prevención y lucha
contra las actividades ilegales en el campo financiero y monetario (30 XII 2010).
Escribió dos Constituciones apostólicas sobre los anglicanos que desean ingresar
en la Iglesia católica. Tiene innumerables discursos y audiencias , y
tres encíclicas : Deus caritas est (25 XII 2005), Spes salvi (30 XI 2007) y Caritas
in veritate (29 VI 2009). Cada una de ellas refleja su enorme capacidad de análisis
(Las pueden encontrar en www.vatican.va o en las librerías pertinentes).
Tiene un escrito del año 2000 titulado Contemplar a Cristo. Las tentaciones del
Señor , que es uno de los más profundos y bellos. Trata de las tentaciones de Cristo
en el desierto y de las tentaciones del hombre de hoy. Permítanme citar un
párrafo: La presunción, que quiere reducir a Dios a objeto e imponerle nuestras
condiciones de laboratorio, no puede encontrar a Dios. En efecto, supone ya que
negamos a Dios como Dios, porque nos ponemos por encima de Él, porque dejamos
de lado toda la dimensión del amor, de la escucha interior, y reconocemos como
real sólo lo que es experimental, lo que nos es dado palpar. Quien piensa así, se
hace a sí mismo Dios y degrada no sólo a Dios, sino también al mundo y a sí mismo
(...).Escoger a Dios significa, según el Deuteronomio, amarlo, entrar en comunión
de pensamiento y de voluntad con Él, fiarse de Él, encomendarse a Él, seguir sus
caminos.
Uno de los temas que aborda frecuentemente es el de la conversión; es decir, de la
necesidad de cambiar. Dice que “conversión” significa salir de la autosuficiencia,
descubrir y aceptar la propia indigencia, la necesidad de los demás y la necesidad
de Dios, de su perdón, de su amistad. La vida sin conversión es autojustificación
(yo no soy peor que los demás); la conversión es la humildad de entregarse al
amor del Otro, amor que se transforma en medida y criterio de mi propia
vida (Nueva evangelización, 10 XII 2000).
El Papa habla mucho de caridad y de humildad porque sabe que la soberbia es una
barrera para el amor. Sería muy recomendable leer su mensaje de Cuaresma,
centrado en la caridad y en pensar en los demás.
Al Juan Pablo II se le llamada “el Papa amigo”; a Benedicto XVI también se le
podría dar ese título. Pues, ¿qué es un amigo?, ¿cómo se conoce al verdadero
amigo?... porque te lleva al bien. Hay muchos niveles en la amistad. El Papa puede
ser uno de nuestros amigos verdaderos porque nos lleva hacia el bien. Jesús es el
Amigo, con mayúscula.