¿Benedicto si? ¿Benedicto no?
Aquél si conmovía, sabía sonreír, el otro si atraía a las multitudes, el anterior se
notaba que le echaba ganas a sus viajes. En cambio ahora… Cuando así hablan las
gentes en la calle, se refieren a Juan Pablo II que ya ha muerto y que por cierto ha
sido beatificado por su sucesor, Benedicto XVI
Tenernos que considerar varios aspectos, en primer lugar, la mirada de los
cristianos sobre el sucesor de Pedo, no puede ser tan superficial que se le convierta
en un líder político más, pues si bien el atractivo físico o el poder de convocación de
un Papa, son importantes, más lo debe ser la mirada de fe de los fieles en el
sucesor de Pedro en la cátedra de Roma. Eso tiene que ocurrir con Benedicto XVI
que fue elegido legítimamente y que ocupa ese lugar importantísimo en la Iglesia
con una capacidad que debería de asombrarnos dada su avanzada edad.
En seguida, tenemos que considerar que cuando Juan Pablo II murió, los medios de
comunicación se cerraron, esperamos que no para siempre a la Iglesia a la que
comenzó a mirarse con desconfianza en gran parte por los escándalos reales o
supuestos de los sacerdotes y obispos en el mundo, siendo el Papa actual el que
con una gran valentía tuvo que afrontar ese problema de la Iglesia. Hoy se le
conceden unos cuántos renglones al mensaje del Papa en la última página de los
diarios o de los noticieros.
También tenemos que hacer mención de que las gentes cuando hablan de esa
manera de Juan Pablo II, lo hacen así, superficialmente, pues si les preguntas si
recuerdan una sola, una sola frase del Beato, nos encontramos con la sorpresa de
que solo recuerdan su sonrisa, o sus brazos levantados o la bendición que
recibieron “cerquitita”, pero ninguno de sus mensajes.
Y en descargo de Benedicto XVI hay que decir que ha llevado con mano sabia y
prudente al mismo tiempo a la Iglesia introduciéndola en este nuevo milenio con un
mensaje que tiene que gritar a los cuatro vientos, el mensaje evangélico y lo ha
entregado cada día a los grandes de este mundo, pero también a los pequeños, a
los niños, a los científicos y a los hombres del campo, a los medios de comunicación
social y a los del mundo de las finanzas, como también a los países
subdesarrollados, con un mensaje y con una clarividencia que no deja lugar a dudas
de la importancia del mensaje evangélico que a él se le ha confiado.. El Papa
merece un voto de confianza, para conocer su vida, su obra y también sus
mensajes, entre los que destacan sus homilías semanales, sus encíclicas, sus cartas
pastorales, y la gran campaña que nos invita a realizar, en la nueva revangelización
en el mundo, y sobre todo en los países europeos de donde vino la semilla de la fe
a nuestro continente. Para quienes manejan internet, y aquí entran de lleno los
chavos, basta buscar Benedicto 16 en cualquier buscador y tendremos datos de
primera línea, pero aún más, datos concretos de sus mensajes,
en WWW.vatican.va La invitación está planteada, si queremos gozar de esa visita
providencial a nuestra Arquidiócesis, vamos a conocer al Papa y nos va a encantar,
porque tiene cualidades propias que nos ganarán el corazón.
P. Alberto Ramírez Mozqueda