No se debe justificar la intolerancia ni la violencia
En su reciente viaje a África, el Papa insistió en la necesidad de trabajar por una
convivencia pacífica. Ninguna cultura puede justificar que se recurra a la
intolerancia o a la violencia. La religión es una fuerza de paz y la violencia, a
menudo ejercida en nombre de las convicciones religiosas, en realidad la deforma y
provoca su destrucción. Como ha hecho Benedicto XVI, debemos pedir a Dios para
que conceda la paz y la estabilidad a la Tierra, para que volvamos la vista a la gruta
de Belén. Una mirada limpia y profunda al Misterio de la Navidad nos dará la fuerza
de la verdad y del amor, y nos ayudará a no caer en la tentación de competir con
Dios para ocupar su puesto y decidir sobre el bien y el mal. Un mal que, a menudo,
entierra la paz y se traduce en violencia y conflicto entre los pueblos.
Jesús Domingo Martínez