La fuerza ecuménica más poderosa
La unidad visible de quienes confiesan la fe en Jesucristo es una exigencia que
procede del Evangelio, y también una condición para cumplir eficazmente la tarea
de anunciarlo al mundo. Los ocho días de Oración por la Unidad de los cristianos
han sido una nueva oportunidad de ahondar en este camino.
Pero la anhelada Unidad de los cristianos no se consigue sólo con una cordialidad y
una cooperación estratégica basada en intereses comunes, sólo será posible a partir
de la transformación de la vida de los creyentes, a partir de la conversión interior.
Hoy tenemos una tarea ecuménica central: ayudarnos mutuamente a creer cada
vez más viva y profundamente. El Papa ha recordado que igual que los mártires de
la época nazi propiciaron nuestro acercamiento recíproco, también hoy la fe vivida
en un mundo secularizado será la fuerza ecuménica más poderosa que nos
congregará, guiándonos a la unidad en el único Señor. No ha sido una semana para
juegos florales y frases bonitas, sino para dejarnos guiar por el Señor hasta el
origen y fundamento de nuestra fe común.
Jesús Domingo Martínez