Estamos invitados a pensar
Felipe Santos, salesiano
En este mundo donde las ciudades se han convertido en metrópolis coloniales, la
velocidad de la sobre vivencia y el agotamiento interior, el ser humano está
invitado a pensar y a reflexionar sobre las cosas de mayor trascendencia que
alimente nuevamente la existencia espiritual.
Vivir la experiencia del encuentro con el pensamiento propone un cambio de vida,
es decir, dejar a un lado la materialidad en la que el hombre se sumerge a diario,
convertirnos en seres humanos y presencia de gente mecanizada donde las ideas
económicas, políticas y sociales son el factor influyente para olvidar todas las
necesidades humanas.
A escala mundial se requiere de un esfuerzo por atender los límites de la pobreza y
la indigencia, por no ser para uno mismo sino ser para los otros; en medio de la
trivialidad es urgente rescatar el sentimiento de esperanza y anhelo para seguir
defendiendo la vida.
Basta de seguir el camino robotizado, donde la ciencia y la tecnología consideran
mejorar a Dios y luchar contra las leyes de la naturaleza. Es ineludible repensar y
sobre todo actuar ante los terribles ataques que ponen en riesgo la existencia del
hombre, reflexionar sobre los asuntos como el aborto, la clonación, el juego de
embriones congelados, porque en realidad hay quienes no saben qué tipos de seres
humanos desean crear.
La propuesta a ser individuos pensantes implica a la conversión de individuos de
acción, que rescaten los valores humanos y sobre todo el combate contra las ideas
que intentan extirpar al género humano.
Nuestra sociedad no debe convertirse en individualista, utilitarista, narcisista de sí
misma, sino fruto de la comprensión de unos seres con los otros; no se trata de
vivir utópicamente pero sí de realizar un compromiso interno para manifestarlo
externamente. Comprometerse por la paz, en lugar de apoyar las marchas
violentas, pensar cuáles serán las consecuencias de ello y realizar marchas de
bienestar; profundizar y recapacitar sobre la necesidad de vivir en tranquilidad
hombres con hombres.
El pensar no sólo debe recaer es un estado de inercia, sino de movimiento y de
acción, es necesario formar una cadena humana que levante a quienes más lo
necesitan, contemplar la realidad requiere de una acción más allá y eso es algo que
hoy, en la actualidad apresura hacerse.