A través de la JMJ
La JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) fue un acontecimiento extraordinario, que
lejos de quedar en el simple recuerdo, tiene la virtud de proyectarse hacia el futuro.
Así ha sido desde que el domingo de Ramos de 1986, la ciudad de Roma acogiera la
primera Jornada Mundial de la Juventud. La Pastoral juvenil del futuro debe verse
plasmada por esta experiencia de comunión, de presencia y diálogo con nuestro
mundo de hoy.
La JMJ ha mostrado que los jóvenes son un potencial enorme para la nueva
evangelización. Estos jóvenes han crecido ya en un mundo marcado por la ausencia
de Dios y las heridas que ésta provoca. Ellos conocen el mundo de hoy, sus
posibilidades y sus límites. Han mostrado su fortaleza, han confesado la fe sin
complejos ni altanería, han dicho alto y claro que quieren caminar con toda la
Iglesia presidida por el Sucesor de Pedro. Ahora se trata de acompañar, sostener y
educar ese camino con toda la ayuda necesaria. Para que veamos el fruto de una
nueva presencia de la fe en un momento histórico lleno de incertidumbres. Me
parece importante recordarlo hoy, día de la Conversión de San Pablo.
Jesús Domingo Martínez