ALGO MÁS QUE PALABRAS
REGENERAR EL ESPÍRITU Y LA RAZÓN
Se me ocurre esta reflexión, bajo la idea aristotélica de que "todos los aduladores
son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores". Ciertamente,
este mundo globalizado necesita de menos halagadores y de más personas serias,
capaces de actuar con rectitud en todo momento. De ahí, mi apuesta por regenerar el
espíritu y la razón.
Esto sólo se consigue con una regeneración educativa integral. El progreso más
que una cuestión de dinero es una tema de educación. Muchas cosas avanzan pero otras
están retrocediendo. Ya se sabe, que cuando la ordinariez gobierna la rudeza preside
banquetes. La realidad nos exige actuaciones concretas. Lo prioritario, a mi juicio, es
que debemos poner a punto temas claves que se nos han ido de las manos.
Principalmente hemos de asentar, y de situar al alcance de todos, una formación
armónica de la persona como principio, una ética como base de diálogo y un progreso
solidario como fin.
Por otra parte, considero bastante complicado que pueda educar quien no tiene
principios. Para todo se necesita haber sido formado, con una formación
verdaderamente humana y auténtica. No en la competición, sino en la colaboración. No
en el derroche, sino en la mesura. No en la conflictividad, sino en el diálogo. Verter
confusión hace mucho daño. Se trata de que las genialidades se compartan y respondan
a las necesidades humanas, sin privilegios ni inmunidades. Para empezar, debemos
aprender de los más cultivados en la cooperación para que realmente el mundo se
regenere.
Requerimos diseñar estrategias que fomenten las relaciones humanas a nivel
global. Es preciso interconectar las políticas de servicio al ciudadano. Por mucho que se
nos llene la boca de progreso y regeneracionismo, éste no se producirá mientras las
actuaciones políticas y económicas no tomen una orientación solidaria y un férreo
código moral entre sus lenguajes. Ningún manjar es más sabroso para el alma de
cualquier ser humano que el conocimiento de la verdad.
Por ello, la regeneración educativa ha de ser también psíquica. Es hora de salvar
al mundo por medio del mundo. Son muchas las personas que se desplazan de un país a
otro, sea por huir de las persecuciones o por buscar una vida más digna. Realmente, hoy
todos estamos llamados a emprender un itinerario de comprensión que conlleve,
precisamente la aceptación de las legítimas diversidades. Se debe, pues, reactivar el
respeto por los demás como primera condición de vida.
No en vano, el dicho popular de que "cuando los que mandan pierden la
vergüenza, los que obedecen pierden el respeto", se ha encallado en todas las atmósferas
de la vida para dolor de los moradores de este mundo. No obviemos, ni tampoco
olvidemos, que la misma democracia no es otra cosa que el respeto por el ser humano
como ser racional y libre. Regeneremos este espíritu antes de que sea demasiado tarde.
Víctor Corcoba Herrero / Escritor
corcoba@telefonica.net
11 de enero de 2012