Octavario por la Unidad de los Cristianos
Rebeca Reynaud enero 2012.
Benedicto XVI ha pedido a cada cristiano que se responsabilice por la unidad de los
cristianos. Esa unidad empieza por la unidad en mi casa y con mis hermanos. Por
nosotros mismos no somos capaces sino de sembrar la discordia y la desunión. Dios
nos sostiene para que sepamos ser instrumentos de unidad, personas que saben
disculpar y reaccionar sobrenaturalmente.
Demostraría poca madurez el que, ante la presencia de defectos en cualquiera de
los que pertenecen a la Iglesia , sintiese tambalearse su fe en la Iglesia y en Cristo.
La Iglesia no está gobernada por Pedro, Pablo o Juan, sino por el Espíritu Santo.
Jesús tuvo 12 Apóstoles, uno le falló...
Nuestro Señor funda su Iglesia sobre la debilidad –pero también sobre la fidelidad-
de unos hombres, los Apóstoles, a los que promete la asistencia constante del
Espíritu Santo.
La predicación del Evangelio no surge en Palestina por la iniciativa personal de unos
cuantos. ¿Qué podían hacer los Apóstoles? No contaban nada en su tiempo; no eran
ni ricos, ni cultos, ni héroes a lo humano., Jesús echa sobre los hombros de este
puñado de discípulos una tarea inmensa, divina . No me elegisteis vosotros a mí,
sino que soy yo el que os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis
y deis fruto y vuestro fruto sea duradero, a fin de que cualquier cosa que pidieres al
Padre en mi nombre, os la conceda (Juan 15,16).
La semana de oración por la unidad es una preciosa ocasión para que todos los
cristianos nos impliquemos en la tarea de ser una sola familia sin divisiones.
Necesitamos preguntarnos si con nuestras actitudes favorecemos la unidad. Demos
gracias a Dios por todo lo conseguido en el camino del ecumenismo, y no dejemos
de pedir en nuestras oraciones la unidad que el Señor quiere para su Iglesia
En 2011 dijo: Se pide a los cristianos redescubrir los valores que constituyen la
unidad de la primera comunidad cristiana de Jerusalén. Las Iglesias de Jerusalén
nos hacen actualmente entrever lo que significa luchar por la unidad, incluso en las
grandes dificultades. Nos muestran que la llamada a la unidad puede ir bien
más allá de las palabras y orientarnos de verdad hacia un futuro que nos haga
anticipar la Jerusalén celestial y contribuir a su construcción
En 2008 el Papa dijo que la misión de la Iglesia en estos momentos pasa por el
avance en el camino ecuménico. El pontífice exhortó: «¡No tenemos que cansarnos
nunca de rezar por la unidad de los cristianos!»... «Cuando Jesús, durante la Última
Cena, rezó para que todos "sean uno", tenía un fin preciso: "para que el mundo
crea"», explicó recordando el pasaje evangélico de Juan 17, 21.
«La misión evangelizadora de la Iglesia pasa por tanto por el camino ecuménico, el
camino de la unidad de fe, del testimonio evangélico y de la auténtica fraternidad»,
aseguró el obispo de Roma. ». Recordó que esta «iniciativa providencial» surgió por
iniciativa del padre Paul Wattson , de origen anglicano. Añadimos que
fuecofundador de la Sociedad de la Expiación ( Society of the Atonement), de
Graymoor (Nueva York, Estados Unidos).
¿Con qué Papa se inició el Octavario? En 1916 dio comienzo por iniciativa
de Benedicto XV esta tradicin que continúa vigente cada ao: la “Octava de
oracin por la unidad de los cristianos”. Este Papa dijo: “ La Iglesia no es latina, ni
griega, ni eslava, sino catlica: no hay diferencia entre sus hijos”. El Octavario
también fue promovido por el P. Coutourier en el Concilio Vaticano II.
Tradicionalmente, la semana de oración por la unidad de los cristianos se celebra
del 18 al 25 de enero. Reviste una especial relevancia ecuménica. En ella, de forma
solemne y conjunta, nos reunimos en el nombre de Jesucristo para pedir que las
divisiones sean superadas y la unidad se convierta en una realidad plena y visible.
Es decir, durante el octavario, los cristianos católicos, ortodoxos y protestantes de
todas las denominaciones están invitados a rezar juntos por su unidad.
Son unos días de súplica a la Santísima Trinidad pidiendo el pleno cumplimiento de
las palabras del Seor en la Última Cena: “ Padre Santo, guarda en tu nombre a
aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros” (Juan 17,11). La
oración de Cristo alcanza también a quienes nunca se han contado entre sus
seguidores. Dice Jesús: Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas
también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño con
un solo pastor (Juan 10, 16).
En el Octavario por la Unión de los Cristianos pedimos por nuestros hermanos
separados; hemos de buscar lo que nos une, pero no podemos ceder en cuestiones
de fe y moral. Junto a la unidad inquebrantable en lo esencial, la Iglesia promueve
la legítima variedad en todo lo que Dios ha dejado a la libre iniciativa de los
hombres. Por eso, fomentar la unidad supone al mismo tiempo respetar la
multiplicidad, que es también demostración de la riqueza de la Iglesia.
Con ocasión de este octavario podemos dar un paso en ese identificarnos con
los mismos sentimientos de Jesús. Concretar oración y mortificación pidiendo por la
unidad de la Iglesia y de los cristianos. Este fue uno de los grandes deseos de Juan
Pablo II (Encíclica Ut unum sint, nn. 1 a 4), y lo es asimismo de Benedicto XVI.
En estos días pedimos al Señor que acelere los tiempos de la ansiada unión de
todos los cristianos. ¿La unión de los cristianos?, se preguntaba San Josemaría
Escrivá. Y respondía: sí. Más aún: la unión de todos los que creen en Dios. Pero
sólo existe una Iglesia verdadera. No hay que reconstruirla con trozos dispersos por
todo el mundo (Homilía, Lealtad a la Iglesia ).
La Iglesia es Santa porque es obra de la Santísima Trinidad. Es pueblo santo
compuesto por criaturas con miserias: esta aparente contradicción marca un
aspecto del misterio de la Iglesia. La Iglesia que es divina, es también humana,
porque está formada por hombres y los hombres tenemos defectos, todos somos
polvo y ceniza (Ecclo 17, 31).