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La familia tradicional, esperanza de la sociedad
Por Ángel Gutiérrez Sanz ( Catedrático de Filosofía )
Se está produciendo el desmantelamiento de la de la familia y sería el momento de
preguntarnos que es lo que está pasando en nuestra sociedad. Hoy asistimos
indiferentes a la quiebra de la institución matrimonia como si ello no fuera con
nosotros. La triste realidad es que más de la mitad de los matrimonios acaban
separándose, esto sin contar con el desconcierto reinante a la hora de discernir la
unión matrimonial válida de las que no lo son. No es la legalización sino la naturaleza
de los hechos lo que cuenta, legalizar es fácil , se puede legalizar todo; pero las cosas
siguen siendo lo que son, aunque se hable ya con toda normalidad de parejas de
hecho, matrimonios entre homosexuales, matrimonios compartidos, matrimonios a
plazos, parejas a prueba. Las leyes han venido a complicarlo todo, hay tanto lío que la
barrera entre lo anormal y lo normal comienza a ser borrosa La situación es ya
preocupante.
Es un hecho que las cuestiones familiares tienen dividida a la sociedad. Sin intentar
hacer un análisis en profundidad sobre este asunto porque no es el momento, sí
convendría reparar en algún aspecto que me parece especialmente relevantes. No
sólo la teoría sino la práctica nos está indicando de forma clara y contundente, que el
amor libre y el divorcio institucionalizado, tal y como lo estamos viendo, acaban
teniendo unas consecuencias desastrosas que nos están colocando al borde del caos
social. A nadie se le ocurriría poner como ejemplo a seguir un modelo de sociedad,
integrado por parejas divorciadas, como no lo es tampoco una sociedad sustentada en
la poligamia. Naturalmente que para ser padre o madre de hecho, no hace falta
casarse. Naturalmente que para compartir lecho basta con que esté de acuerdo la
pareja, pero que ¿consistencia tiene esto? ¿ Cual es el compromiso? ¿ ¿Cual el grado
de responsabilidad? Todo es pura provisionalidad como sucede en tantos órdenes de
la vida. La situación dura lo que dura y si te he visto no me acuerdo. Cualquiera
persona sensata piensa, que no es esto lo que sociedad necesita . Una sociedad fuerte
y bien constituida ha de estar integrada por matrimonios estables y duraderos, por
familias consolidadas y firmes que den seguridad de futuro.
Si tratáramos de buscar las causas que nos han conducido a la situación actual
encontraríamos no una sino muchas; pero yo voy a hacer hincapié en una de ellas de
naturaleza ideológica, que arranca de una concepción de la mujer impropia e irreal. Me
estoy refiriendo a la “ideología de género”. Recientemente la señora Ana Mato, ministra
de Sanidad y Servicios Sociales, al referirse al asesinato de una mujer de Roquetas de
Mar (Almería) a manos de su marido, ha utilizado la expresin “violencia en el entorno
familiar” en lugar de “violencia machista o de género” y, claro está, la Pajín y compaía
han montado en cólera y se le han echado encima, porque saben muy bien que este
cambio de terminología aparentemente inocente , puede resultar vital para sus planes.
Una filosofía feministoide ha tratado de hacernos ver, que todos los males que nos
suceden, incluida la violencia familiar , son debidos a que la mujer no acaba de dejar de
de ser mujer, para convertirse en hombre. En otras palabras. La aspiración de la
“ideología de género” es convertir a la mujer en un hombre, ya que se parte de la idea,
de que por naturaleza, hombre y mujer son dos seres asexuados, siendo la educación
y el entorno cultural los que tienen la culpa de que los veamos como seres
sexualmente diferenciados. Masculinicemos a la mujer, hagámosla en todo igual al
hombre y todos los problemas, incluidos los conflictos familiares habrán desparecido.
¿Por que ese interés de las feministas y los homosexuales en eliminar las diferencias
de sexo entre hombre y mujer? ¿ por qué solo hablan de diferencias de género?
Sencillo, porque de esta forma tienen la puerta abierta a cualquier desmán o
aberración. Si no existe diferencia de sexos , el matrimonio tradicional ya no tiene
sentido, si no existen sexos, da igual que sean dos hombres o dos mujeres los que
forman pareja, si no existen los sexos hay que echar a bajo toda la estructura socio-
familiar, si no existen los sexos el hombre puede ser mujer, hacer de madre y la mujer
puede ser hombre y hacer de padre.
Como se puede ver, detrás de la palabra género tan inocente aparentemente se
esconde una perversión y gran número de incautas e incautos se lo han ido tragando.
No creo que la familia tradicional vaya a desaparecer; pero si esto sucede, temo por la
sociedad.