Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
El brindis del bohemio
Del frondoso árbol del 2011 se desprende la última hoja de los días, arrancada por el
inexcusable paso del tiempo, pero estamos alegres porque pronto recibiremos el feliz año
nuevo. Al filo de la media noche los más tradicionales apurarán las doce uvas al toque de
las campanas para pedirle a la fortuna que durante los doce meses del año nunca falte el
alimento, la alegría y el gozo. Los supersticiosos barrerán la casa para espantar las
desgracias, los aventureros cargarán maletas y no faltan los que lanzarán monedas por la
ventana para seducir a la riqueza e implorar al destino la abundancia de plata. Por las calles
se venden muñecos de trapo para quemar lo malo, alejando así la desventura. Finalmente
estamos los que levantaremos las copas para brindar por nuestros seres queridos, por
aquellos que emprendieron antes el vuelo al cielo, por aquellos que colmaron nuestros días
de dicha y felicidad. Como el bohemio que brindó por la mujer amada, no la de los dulces
embelesos, sino por aquella que le dio la vida, el amor y el consuelo. Brindemos para que
haya paz en los corazones, en las familias y en nuestra nación.