Acumulación de citas adulteradas
P. Fernando Pascual
17-12-2011
Un método para defender la mentira es vestirla de citas, citas y más citas.
El método es sencillo. Se quiere probar que X es verdad, aunque no lo sea, o que es falso, aunque
sea verdad. Se buscan informaciones sobre X. Se escogen las que interesan y son manipulables, y se
dejan de lado las que estorban.
Para vestir de coherencia el material, un manipulador “profesional” realiza pequeñas
modificaciones en los textos, con paréntesis o con omisiones que hacen a un autor decir lo contrario
de lo que dijo, si eso sirve para mejorar la colección de citas adulteradas.
Al final, se publica el resultado, como si fuera material informativo, en blogs, en páginas de
“preguntas” (como las de Yahoo), en Wikipedia y en cualquier otro lugar abierto a aportaciones
libres. Los lectores incautos no tendrán suficiente tiempo para controlar cada texto, sobre todo si
algunos de ellos son muy vagos (simplemente se dice el nombre de un autor y su obra). Quedarán
impresionados ante tanta “investigación”, y más de uno acabará por creer que es verdad la mentira.
Si la acumulación se consolida en Internet, quien busque de dónde procede el material encontrará
decenas o cientos de lugares que repiten la mismas ideas. La selección ha proliferado: a veces desde
la acción de quienes la han preparado y promovido; otras veces simplemente porque la colección de
citas es copiada y reproducida por personas a las que les parece interesante y útil.
Pero si toda la selección de textos ha sido preparada con una clara intención de manipular datos
para difundir una idea falsa, lo único que se consigue es dar más espacio a la mentira y dejar en
retirada la verdad. Es decir, se dañará a tantas personas que, de buena fe, caerán en las redes de
quienes saben acumular citas adulteradas.
No actúan así quienes desean, sinceramente, no manipular, sino ayudar. El mundo de Internet
agradecerá mucho, por lo tanto, a quienes adoptan firmemente aquella máxima que Platón puso en
labios de Sócrates: “No se me permite ser indulgente con lo falso ni obscurecer lo verdadero”
(“Teeteto” 151d).
En otras palabras, frente a las colecciones de citas adulteradas, vale la pena un pequeño esfuerzo
para denunciar el error, lo diga quien lo diga, y para que esas colecciones sean eliminadas cuanto
antes.
Al mismo tiempo, habrá que seguir trabajando para que brille la verdad en toda su belleza. Lleva
tiempo, sobre todo si hay que empezar investigaciones serias, pero el resultado lo merece. Gracias a
estudios bien realizados, será posible conocer un poco más el mundo complejo en el que vivimos.