La misión irrenunciable de los padres
El matrimonio es el principio y fundamento de la familia y tiene unas
propiedades específicas como son la unidad y la indisolubilidad.
La institución
matrimonial y el amor de los esposos están ordenados a la procreación y
educación de la prole.
Deben recordar que los hijos son el don más excelente del matrimonio y
contribuye al bien de los propios padres, que tienen el derecho y el deber
de educar a sus propios hijos y ésta es una misión primaria y darles los
principios fundamentales y educarlos en la verdad.
Los progenitores deben entender el alcance de su misión formadora ya que
son los principales educadores de sus hijos. En este sentido no pueden
hacer dejación de derechos inherentes a la paternidad.
Por otra parte, la familia, por su misma naturaleza, es el primer ambiente
donde se despliega y madura la personalidad de los hijos. En el seno de la
familia el ejemplo de los padres es fundamental para la educación de los
hijos. El ejemplo tiene la fuerza de lo concreto, de lo que se experimenta de
modo habitual.
Pocos argumentos son tan persuasivos como contemplar hecho vida lo que
se propone como modelo. Desde el primer momento, los hijos son testigos
inexorables de la vida de sus padres y, por esta razón, los progenitores
deben dar ejemplo siempre y en todo.
Los chavales deben encontrar en la vida de sus padres, lecciones de
sinceridad, de lealtad, de amor a la libertad personal, de fortaleza, de
laboriosidad, de alegría y optimismo, de comprensión y de amor. La
educación dentro de la familia ha de ser coherente. Debe infundir una sólida
unidad de vida.
En estos momentos la institución matrimonial está padeciendo ataques de
aquellos que pretenden independizarla de la ley natural. Ya no se aprueba la
protección de la familia y sí normas infames que, al minar las raíces de la
sociedad, aceleran su desintegración. La familia es el cimiento de la vida
social. El futuro de la humanidad se fragua en la familia.
“El secreto de la felicidad conyugal consiste en exigir mucho de sí mismo y
poco de la otra parte”, afirma Guinon .
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com