SAN PABLO PREDICA EN ATENAS
Le puedo recomendar varios libros, en los que puede documentarse de las
cosas que me pregunta. Si tiene interés, hasta le puedo enviar alguno. No desdeño
ninguna ocasión, de que alguien interesado encuentre quien le informe de la fe de
Cristo.
La existencia de Cristo, viene documentada desde los evangelios y
muchas fuentes más hasta el día de hoy, a lo largo de los siglos. Y las fuentes son
tanto de parte cristiana como judía, romana, y de distintos autores que pasaron por
la vida de Cristo en los primeros tiempos.
De la existencia de Dios no hay ni que hablar; sus hechos lo
demuestran desde el pequeño gusanillo hasta los trillones de estrellas. Basta mirar
lo pequeño y lo grande para darse cuenta de la grandeza de su inteligencia y poder.
Si no se quiere aceptar no se hace y tan contentos. También la libertad, es don de
Dios.
Ya es filosóficamente obtuso, entender que La Creación es algo que se ha
hecho solo, y todas las grandezas de las maravillas que cada día que contemplamos
es algo que se ha hecho solo o por alguna “teoría” que explica todo.
Personalmente, a mí me parece que si una persona de buena fe mira las
cosas con objetividad y amor a la realidad y la verdad, no tiene más remedio que
desembocar invariablemente en Dios. El cristianismo habla de amor, solidaridad,
esperanza, orden, liberación de los vicios y los abusos etc.
Si esto no gusta a muchos, realmente se contradicen, porque todos aman
a sus hijos y a sus familias, y detestan todo cuanto es obstáculo para estas
maravillosas propuestas cristianas realizadas en ellos. En caso contrario luchan
porque sea así, y nadie desea que sus hijos se entreguen a las drogas, bebidas, y
otros vicios esclavizantes.
Así que, no tome a mal si no me esfuerzo en demasía, en aclarar las
pretendidas perplejidades suyas. Para ser sincero y si usted también lo es, le
remitiré a personas que conozco de su ubicación geográfica. Personas excelentes y
nada intolerantes, que le podrán afirmar en la fe que compartimos; después, usted
mismo puede ya dirigirse a donde pueda enfocarse adecuadamente.
No hay nadie que busque sinceramente a Dios que no le halle, como decía
el apóstol Pablo a los paganos de Atenas, que era la capital de la inteligencia y la
democracia en tiempos primitivos del cristianismo. Y hay que entender que nadie
deja su familia y su posición social, para predicar una impostura o una fábula, a
sabiendas de que tal proclamación lo es.
Es claramente obvio, que desafiar a la muerte y al desprecio, a la fatiga
de la predicación y la persecución, como históricamente está probado, no es algo
de gusto para nadie; algo impelía a los apóstoles y a sus discípulos de Jesús para
llevar a cabo la gran Comisión, Y ese algo es la convicción de la verdad de lo que
decían, y la entrega de sus personas al Espíritu de Cristo.
Proclamaron las buenas noticias, de que hay una Redención y una
Resurrección, así como el perdón de nuestros pecados por la sangre de Jesucristo.
Y no es entelequia ni teoría. Es una constatación de que se marcha por el camino
que lleva a la verdadera vida despojando la de las vicisitudes, amarguras, y
zozobras. Seguridad absoluta. Eso es todo.