Y ¿qué le digo a mi “querid@”?
Rebeca Reynaud
Dile que hay amores que no agradan a Dios . ¿Cómo cuáles? como los amores
entre personas del mismo sexo, el adulterio, la lujuria y el egoísmo.
En nuestra sociedad apresurada hay pocos espacios y casi ningún tiempo para
compartir nuestra intimidad con nuestro cónyuge e incluso con algún amigo o
pariente muy cercano. Por eso se hace especialmente peligroso cuando se presenta
la ocasión de que alguna persona empiece a ocupar el espacio que debería ocupar
nuestro cónyuge.
Jill Savage, asesora familiar, dice: "La historia es siempre la misma: el cónyuge
infiel desarrolló una relación que empezó como una inocente amistad, con alguien
al que poder hablar, alguien que le escuchaba, que se preocupaba".
En una sociedad especialmente hostil, es importante proteger el matrimonio con
una atención especialmente fuerte. " Cada uno es tentado por sus propios deseos
que le atraen y seducen; estos deseos, una vez concebidos, engendran el pecado, y
el pecado, una vez crecido, engendra la muerte " (Carta de Santiago 1, 14-15).
Necesitamos plantar un seto de protección alrededor de nuestro matrimonio, es
decir, tomar decisiones ya, por adelantado, que mantengan la tentación lejos y
hagan del matrimonio una prioridad.
La mayor parte de la gente que termina teniendo un lío no quería tenerlo; la
infidelidad empieza como una relación inocente que termina alcanzando una
profundidad emocional que cruza la línea de la fidelidad.
Los matrimonios fuertes se consiguen pasando tiempo juntos, riendo juntos,
jugando juntos. Si no tienes citas con tu pareja, planea ya citas para los meses que
vienen y haz que pasar tiempo juntos sea una prioridad.
Para proteger tu matrimonio podrías escuchar lo que dice esta analista del
matrimonio:
Presta atención a lo que piensas. Si todo el día estás pensando en los fallos de
tu cónyuge, si el tiempo que dedicas a pensar en él o ella se centra en defectos y
reproches, es fácil que cualquier otra persona pueda parecerte mejor y te atraiga.
Haz una lista por escrito de los puntos fuertes que inicialmente te atrajeron de tu
pareja. Aumenta el animar y apoyar y disminuye las críticas.
No juegues a comparar. Todos tenemos malas costumbres, manías y errores. Es
muy tramposo comparar a tu esposa o esposo con un nuevo conocido, porque al
recién llegado no lo estamos viendo en el mundo real, en el mundo de compartir
techo, cuidar niños a las tres de la mañana, cuadrar cuentas, etc.
Busca ayuda. Buscar ayuda es un signo de fortaleza. Busca ayuda quien está
dispuesta a presentar batalla; te darán una perspectiva serena, valiosa, para
establecer nuevas estrategias para proteger o defender o reconstruir tu
matrimonio.
Hay motivos emocionales, no racionales, para no querer cortar con el o la amante,
como éste:
─ No quiero lastimarla (o).
─ Más la vas a lastimar si perseveras en ese “juego” porque la vas a mandar al
infierno (y por la eternidad, sino se arrepiente a tiempo). ¿No te importa lastimar a
tu familia, y sobre todo, a Dios? Quien peca gravemente vuelve a crucificar a Jesús.
Un autor muy leído del siglo XIX decía que debemos de huir de dos cosas: de “los
demonios que no espantan y las cadenas que no suenan. Los demonios que no
espantan, son los malos amigos o compañeros: lo que el diablo no puede hacer por
si, lo hace por ellos. Las cadenas que no suenan son las ocasiones y peligros: antes
de caer en lo grave, sin sentirlo, suele caer y quedar preso de ellas” (Vida Interior
de XX, pág. 27).
Le preguntaban a un experto:
¾¿Acaso aconseja ser casto?
Contestó:
¾Recomiendo hacer un uso responsable de la propia sexualidad, si por eso se
entiende ser casto. Para ir adelante necesito de los dos remos: el esfuerzo personal
y la gracia de Dios. El otro remo es necesario: la oración, los sacramentos, sino, es
imposible vivir la vida matrimonial como Dios quiere.
Volviendo el tema central: ¿Qué le digo a mi querid@?
Dile:
¾ Bye. Hasta nunca. Hasta el Cielo, porque no se puede servir a dos señores.
¾Y yo, ¿qué hago?
¾ Pon en práctica lo que dice Frank Outlaw:
Vigila tus pensamientos, se convierten en palabras.
Vigila tus palabras, se convierten en acciones.
Vigila tus acciones, se convierten en hábitos.
Vigila tus hábitos, se convierten en carácter.
Vigila tu carácter, se convierte en tu destino.
El adulterio supone una injusticia grande al cónyuge inocente. Dios nos ha dado la
inteligencia para elegir, la luz para ver y el amor para que nos podamos guiar. Y
nos ha dado libertad porque de otra manera no habría mérito en nuestra existencia.
El umbral de excitación del mundo actual está muy alto, y muchos lo quieren
imitar. Hay actos complementarios que, en vez de ayudar a la otra persona a que
sea más persona, animaliza. No se vale todo. Estamos en una sociedad muy
erotizada, y nos estamos olvidando de lo importante: de ayudar a que la otra
persona no se animalice. Es más fácil que el varón se animalice a que la mujer lo
haga.
No podemos justificar el mal; es muy fácil justificarlo. Hay que arrepentirnos,
confesarnos y no pasa nada. Si justificamos el mal nos estaríamos clavando
puñales.
La moral es el arte de vivir. La moral dice cómo me tengo que comportar para ser
bueno y para ser feliz, para ser como el Creador me hizo, esa es la moral positiva.
Si actuamos conforme a la naturaleza seremos felices.
En el matrimonio siempre habrá momentos muy felices y siempre subsistirán
pequeñas rencillas como las de la siguiente anécdota : Cristóbal y Mercedes
formaban un matrimonio normal, pero últimamente estaban peleando mucho. En
una de esas discusiones decidieron que no se hablarían más. Pero Cristóbal se
acordó que tenía una importante partida de golf al día siguiente y que necesitaba
que su esposa lo despertara a las 5 de la mañana, pues el despertador estaba roto.
Como no quería doblegar su orgullo pidiéndole el favor de palabra, escribió en un
papel:
¾“Mercedes: Por favor levántame a las 5.00 a.m.”.
A la mañana siguiente Cristóbal se despertó a las 9:00 de la mañana dándose
cuenta que la famosa partida de golf habría empezado sin él, y ya estaría muy
avanzada. Se puso furioso, y cuando iba a reclamarle a Mercedes por no
despertarlo, se encontró un papel pegado en la cama que decía:
¾“Cariño: Ya son las 5:00 a.m.. Levántate”.
(Citado por A. Cortés, “Entre esposos”).
Habría que fomentar en nosotros la capacidad de ser felices. El
Maestro Eckhart escribió: "Si le dieses gracias a Dios por todas las alegrías que Él
te da, ya no te quedaría tiempo para quejarte." (s. XIII-XIV).