Voz del Papa
La necesidad del silencio
José Martínez Colín
1) Para saber
Hace pocos días el Papa Benedicto XVI visitó un monasterio: la
Cartuja de San Bruno, que se caracteriza por custodiar con
particular cuidado el silencio y la soledad. Recordando a San Bruno,
destacaba la necesidad de estar "Captus ab Uno", es decir, estar
"aferrado por el Uno", por Dios. Pues hoy en día, el progreso
técnico, los transportes y las comunicaciones, han hecho la vida del
hombre más confortable, pero también más agitada. Las ciudades
son casi siempre ruidosas, raramente hay silencio, incluso de noche.
El peligro está en que nos impidan percibir la presencia de
Dios, que se nos dificulte experimentar la Plenitud, la Realidad más
real que exista, y que está más allá de la dimensión sensible.
Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están
inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes
audiovisuales que lo acompañan todo el día. Quienes han nacido en
esta condición, parecen querer llenar de música y de imágenes cada
momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este
vacío. Muchos parecen incapaces de quedarse durante mucho rato
en silencio y en soledad, temiendo encontrar en su interior un vacío.
2) Para pensar
Basado en un relato de Anthony de Melo, la siguiente historia
nos muestra el temor para encontrarnos con la verdad misma.
Sucede que un hombre caminaba por las calles de la ciudad
cuando un modesto local le llamó la atención. Intrigado se acercó y
pudo leer un cartelito que anunciaba: “Tienda de la verdad”.
El hombre sorprendido entró. Se acercó a la señorita que
estaba atendiendo y preguntó: “Perdón, ¿esta es la tienda de la
verdad?” Le respondi: “Sí, señor, ¿qué tipo de verdad quiere: la
parcial, la relativa, la estadística o la completa?”
Nunca se había imaginado que esto era posible, llegar y
llevarse la verdad, era maravilloso.
“Quiero la Verdad completa -contestó el hombre sin dudarlo-
estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones; no quiero más
generalizaciones, justificaciones, ni engaos”.
“Muy bien, pero… ¿el señor sabe el precio?”
“No, ¿cuál es?”, pues estaba dispuesto a pagar lo que fuera.
“Si usted se la lleva, el precio es que nunca más podrá estar
en paz”.
Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había
imaginado que el precio fuera tan grande. “Gra... gracias,
disculpe...”, balbuceó.
Se dio vuelta y salió triste y avergonzado al darse cuenta de
que no estaba preparado para la verdad, de que todavía necesitaba
de mentiras donde encontrar descanso, de trampas y apariencias
para sentirse superior, algunas justificaciones para no tener que
enfrentarse consigo mismo. “Quizás más adelante”, pens...
3) Para vivir
El hombre ha de ser capaz, decía el Papa, de percibir a Dios,
que es la Verdad, en medio del mundo, una presencia perceptible
en toda criatura: en el aire que respiramos, en la luz que vemos y
nos calienta, en la hierba, en los demás... Dios, Creador de todas las
cosas, pero está más allá, y precisamente por esto es el fundamento
de todo.
Que sepamos encontrar en el día momentos de silencio para
comunicarnos con el Señor, de tal manera que luego, en las
diversas actividades, seamos conscientes de su presencia.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la
Universidad de Navarra
(e-mail: articulosdog@gmail.com )