Memoria de la presencia española en Ámerica
El descubrimiento de América, hay que verle como un acontecimiento que alberga
en un su seno un cúmulo de situaciones nuevas, que obligaron sin duda a agudizar
el ingenio de los poíticos , juristas filósofos para dar respuestas inmediatas a los
problemas nuevos que se iban planteando. Había que clarificar cuestiones de gran
envergadura y había que hacerlo con urgencia. Entre otras, la referente a la
legitimación de la conquista de estos territorios. Los mismos conquistadores, parte
al menos, tenían sus dudas sobre el tema, alimentadas por Montesinos y Bartolomé
de las Casas. Las mismas Leyes de Burgos promulgadas por los Reyes Católicos
responden a esta preocupación. España fue de los pocos paises, por no decir el
único, en el que el mismo poder real favoreció y promovió encuentros con
filósofos para clarificar cuestiones de esta naturaleza
La leyenda negra habla de etnocidio, de genocidio cultural y algunas acusaciones
más que resultan disparatadas. La realidad histórica no es como nos la quieren
pintar algunos historiadores. En honor a la verdad, hay que comenzar diciendo que
España ni siquiera impuso a los indígenas la lengua Castellana, sino que fueron los
misioneros los que con mil esfuerzos y dificultades tuvieron que aprender las
lenguas y dialectos de los indígenas . Revelador a si mismo es el hecho de que ante
la dificultad de gobernar un territorio tan extenso fragmentado en múltiples lenguas
y dialectos, el Consejo de Indias solicitó del emperador la unificación de la lengua a
favor del Castellano; a lo que Felipe II respondió . “No parece conveniente forzarlos
a abandonar su lengua natural : sólo habrá que disponer de unos maestros , para
los que quieran aprender , voluntariamente nuestra idioma” ¿El respeto por la
lengua no es la mejor garantía de respeto para el resto de manifestaciones
culturales de los pueblos?
En otro orden de cosas hay que decir también que hablar en términos negativos
de la filosofía política de los colonizadores no deja de ser un error. El profesor de
historia de Norteamérica Wiliam S Maltbi manifestaba en 1971 que ningún
historiador que se precie, puede hoy tomar en serio las denuncias injustas y
desatinadas de B. Las Casas”. La s estructuras políticas y jurídicas estuvieron
sometidas a una severa autocrítica y hubo encendidas polémicas, hasta el punto
de que las objeciones de conciencia llegaron incluso la corona, caso , por cierto no
muy frecuente en la historia de los pueblos.
Una de las primeras expresiones de este debate lo tenemos en la polémica
mantenida entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda. Las discusiones
acerca del hombre americano en los años que siguieron a la conquista, adquirieron
una cierta altura filosófica. Fr. Bartolomé de las Casas, lejos de ser silenciado, se
le tomó en serio, demasiado en serio , según algunos, sus propuestas fueron
escuchadas y tenidas en cuenta por la Corona incluso para que gozara de más
autoridad Carlos V mandó que se le nombrara obispo a este defensor a ultranza
de los indios; con ello queda claro que los abusos que pudo haber por parte de
algunos particulares, no estuvieron respaldados sino que fueron perseguidos por la
corona y por las instituciones.
Se creó un Centro de juristas que pudo contar con las inestimables aportaciones de
la Escuela de Salamanca donde se comienza a vislumbrar las exigencias del
Derecho Natural. Estamos asistiendo a la aparición de la que podríamos llamar
antropología americana. Con la Escuela de Salamanca surge una nueva filosofía
política que tiene en cuenta la humanidad y dignidad de los indios, mostrando que
es un craso error la supuesta inferioridad natural de los mismos.
La condición de seres humanos era de donde habría que partir a la hora de hablar
de un trato justo a los indios. Con la escuela de Salamanca la escolástica abandona
pueriles y abstractas discusiones para preocuparse por dar solución a temas
prácticos de palpitante actualidad con apuntes y anotaciones que estaban llamados
a ser los puntales de una filosofía política de un nuevo orden internacional
Entre estos pensadores de Salamanca hay que destacar por merecimientos propios
a Francisco de Vitoria; él estaba llamado a ser uno de los filósofos más implicados
en esta problemática, hasta el punto de que acabaría siendo el diseñador de una
filosofía política con vocación de universalista, el sería promotor de la formulación
de unas normas garantes de los derechos naturales, que tendrían como sujetos a
los indios, por encima de la autoridad de los reyes de España.Hombres como Vitoria
asumen el reto de plasmar una nueva concepción filosófico-política capaz de hacer
viable la nueva situación originada con el descubrimiento de América.
En la Relectio de Indiis , que sus discípulos se encargan de redactar sirviéndose de
los apuntes tomados en clase, queda expuesta la doctrina del maestro. Ideas que
hoy parecerían normales y de uso corriente no lo eran en aquel tiempo, dominados
por ideas absolutistas y hubo que esperar mucho tiempo para que fueran
abriéndose paso. Al fin la proclamación de los derechos humanos en el siglo XX y la
creación de los sistemas de protección de los individuos vendría a dar la razón a
este ilustre español, pionero del derecho internacional.
La genialidad del sistema político ideado por Vitoria descansa en la igualdad
humana, idea esta fundamental de la antropología de la escuela salmantina.
Precisamente por estar fundamentado en la universalidad de la naturaleza, el
derecho de gentes inagurado por Vitoria estaba llamado a ser la base por el que se
deberían regular las relaciones entre los pueblos, también de estos que acababan
de ser descubiertos.
Ángel GUTIÉRREZ SANZ
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