Desigualdades de la vida
En estos meses hemos contemplado la situación de España con la
protesta por la situación de la economía. La destrucción de la disposición al trabajo
y el lanzamiento de teorías sobre las diferencias entre ricos y pobres, ha
envenenado de tal modo las relaciones sociales, que raro es el día que no
contemplamos una nueva desagradable sorpresa en cuanto a estos asuntos.
¿Solución de la política? Más de lo mismo, y a seguir así. Ni aquí, ni en
ningún lugar donde el ser humano pretenda “darse su camino” con sus
constituciones y leyes , se hallará la felicidad que pretendemos. Ya se ve cada día.
Permita amigo mío que le diga que con treinta años, en mi primera
empresa, obtuve un coeficiente intelectual de 142, por lo que si el 100 es lo
“normal”, ya verá que no soy tan estúpido como dice que soy al seguir mi camino
en pos de la Gloria Eterna.
Otra cosa es, la oportunidad, simpatía, iniciativa, originalidad, etc., cosas
que debilitan o refuerzan la calidad de la inteligencia. Pero para eso, hace falta
mucho más espacio del que dispongo. Y es un tema en el que a mí no me agrada
incidir.
Seguir a Jesucristo, es el nivel más grande de sabiduría que se puede
alcanzar. Desprecio el nivel que obtuve hace unos cuarenta años de 152 (mi
record), porque lo que me vale a mí, y me da felicidad y confianza en el Universo es
Jesucristo. Vea, que cosas me hace decir. ¡Y ya con mis años!
Dice la Escritura: El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el
conocimiento del Santísimo es la inteligencia. (Proverbios 9:10) Ya ve usted lo que
es para mí la verdadera “inteligencia”. ¿De que me vale ser el más inteligente del
mundo, si soy un malvado, envidioso, petulante ( como al airear mis coeficientes lo
estoy siendo)?
Nadie hay más desdichado que el vicioso, el soberbio, el envidioso, etc.
Todo va concatenado, y unos vicios se hacen sinergia entre sí, para engordarse
unos a otros. Normalmente un vicio no va solo, sino que se acompaña de otros
distintos que le sostienen y en él se apoyan.
La verdad es que me ha producido algo de vergüenza manifestarme así ,
pero a los que solo buscan pleitos y usan de expresiones despectivas y falsas, hay
que darles cifras y evidencias. Después que ellos hagan lo que les parezca bien. No
podrán decir, que no se les ha informado.
Y siguiendo con el tema de la inteligencia, he de decir que Dios no ha
querido hacer a todos iguales , ni en fortuna, oportunidades, inteligencia, o en
unción espiritual, es por algo de mucha importancia, que nosotros no somos
capaces de desvelar. Dios, sí que lo sabe.
Hoy mismo he visto a un padre llevando de la mano, con un hijo de unos
30 años, retrasadísimo mental por lo que se le ve, babeante y mortecino. Ese
padre, t enía un rostro de tal tristeza, que me movió a compasión. ¿Qué ha hecho
ese hombre que no haya hecho yo, para que tenga esta cruz? Y mientras, algunos
que son gente mala y perniciosa, son temidos y festejados por todos.
Otra cosa son los fanáticos intolerantes, y los que tienen envidia del
que patentó algún objeto que le ha enriquecido. Sin esta clase de gente no
tendríamos ni luz eléctrica, ni motores, ni ferrocarriles, ni siquiera el fuego, hace -
dicen- millones de años. Aristóteles, Franklin, etc. no hubieran existido.
Y dice La Escritura: Asimismo he visto a los inicuos sepultados con honra;
mas los que frecuentaban el lugar santo fueron luego puestos en olvido en la ciudad
donde habían actuado con rectitud. Esto también es vanidad. (Eclesiastés 8:10)
Es pues, muy señor mío, cosa del Creador el que unos y otros sean
diferentes como el pajarito que cae del nido, y sus hermanos que quedan en él son
venidos en adultos. ¿Por qué? Si usted no lo sabe, yo tampoco.
Lo que no es de recibo, y merece la mayor censura, es que sin conocer a
las personas las critiquemos, como hicieron los que hemos visto insultar y
amenazar a los chicos cristianos que vinieron a España, a estar con su líder (El
Papa) que los convocaba.
Eso retrata a estos opositores violentos, y hay muchos que están
convencidos de que lejos de amilanar a los católicos, solo han conseguido con sus
destemplanzas, animarles y reforzar su decisión para otras ocasiones. Esa es mi
opinión y así se la hago saber.
AMDG
Rafael Marañon