Un tsunami de esperanza
Los jóvenes nos han demostrado que no son tontos. Es imposible quedar
indiferente ante el espléndido testimonio que nos han dado. Lo han dejado muy
claro, han peregrinado algunos haciendo grandes sacrificios económicos, largos
viajes, horas de trabajo y faltos de sueño, pero sabían que venían a compartir su fe
con otros de los cinco continentes. Es imposible quedar indiferente ante el
espléndido testimonio que nos ha dejado esta juventud que ha venido a ver y
escuchar al Papa. “ El Señor os ha puesto en este momento de la historia, lleno de
grandes desafíos y oportunidades, para que siga resonando en el mundo la Buena
Nueva de Cristo, les ha dicho Benedicto XVI”. Y ellos han acogido con entusiasmo
inteligente y alegre este envío del Sucesor de Pedro.
La JMJ ha sido una bocanada de aire fresco, la Iglesia entera se ha visto
rejuvenecida estos días, todo lo contrario a esa imagen que algunos medios de
comunicación nos quieren transmitir de una juventud frívola, vacía y sin esperanza.
Elena Baeza Villena