Discutidores airados
Recibo muchos mensajes y comentarios sobre lo que escribo y no dejo de
exponer lo que es la verdad. Si no fuera así no escribiría. He contestado a un
mensaje insultante y descarado , y me sirve para confeccionar una reflexión. Debe
ser de los "indignados".
La verdad es clara, y existe. El relativismo es una falacia. Hay verdades
incontestables, como son la noche y el día. El cristal corriente es más frágil que el
acero y comer cuando hay hambre es mejor que morirse por causa de ella. Las
zapatillas del Papa creo que se las regalan, pero todo el mundo se viste
acomodándose a la especie de pensamiento o acción. El Rey se viste de rey, el
militar de militar, el bañista con su ropa de baño, y el Papa de Papa. ¿A que vienen
tantas susceptibilidades?
Después podemos matizar todo lo que queramos pero el agua es agua y
el fuego es fuego. Una vez establecidas estas premisas voy a herir un poco la
sensibilidad del correspondiente con solo palabras bíblicas, para que se entere de
este negocio de la salvación.
Dice Jesús sobre este mismo caso cuando se le presentó. No deis lo santo
a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las
pisoteen, y se vuelvan y os despedacen . (Mateo 7:6)
Como es natural, todos comprendemos que a los que solo quieren
pendencias no hay que darles motivo para discutir, como si nuestros argumentos
fueran dirigidos a una pared, que no quiere conocer sino disputar.
Este señor dice que no le importa lo que diga Jesús . De ahí que, como a
mí si me importa, y mucho, no pueda haber cambio de impresiones, porque una
parte está dispuesta a todo con tal de salirse con la suya. Si la verdad se expone, él
la contraría con una mentira y tan frescos. ¡Y así!
Cualquiera de los que me lean podrá decir. Entonces ¿por qué le escribe
usted a la gente con sus admoniciones y enseñanzas? Efectivamente después de lo
dicho es bobada escribir a gentes como este mencionado señor, si no fuera por
obligación y por el galardón : Los entendidos resplandecerán como el resplandor del
firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad . (Daniel 12:3)
Pero hay otro versículo, que expongo a continuación, en el cual se dice
algo que nos obliga a tener que entrar en semejantes situaciones. Dice la
Escritura: Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo
hallarás. (Eclesiastés 11:1). De hecho, este verso es tan efectivo y real como el
anterior citado. ¡Y funciona!
La obligación del cristiano es proclamar el Evangelio de Nuestro Señor
Jesucristo, y eso es lo que puede provocar las situaciones como la expresada
arriba. Termino con un versículo, que da la pauta de lo que hay que hacer.
Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con
todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y
escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a su perversa voluntad. (2
Timoteo 2:24-26)
Rafael Marañón