Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Los profesores tienen que aprender
¿Qué distingue a una universidad de la otra? El costo de sus matrículas, el prestigio, las
instalaciones, etcétera, pero en lo más importante, en lo que debería darle su identidad y su
fuerza, es decir, en su ideario, no existe diferencia. ¡Pásmese usted! El contar con una
capilla no le da a una universidad su condición de católica, por ejemplo. Las universidades
deben imbuir a sus alumnos, a través de los profesores, de una visión antropológica, ética y
filosófica abierta los valores perennes del bien y de la verdad.
La misión del profesor universitario no es la de formar profesionales competentes y
eficaces que satisfagan la demanda laboral del mercado, dando así una visión utilitarista de
la educación.
El Papa Benedicto XVI ha invitado a los profesores a permanecer fieles al espíritu que
anima la universidad. Les recordó que la universidad nació como una necesidad de
profundizar en la verdad de la persona, creada a imagen de Dios, y capaz de descubrir una
racionalidad en todo lo creado.
Los profesores deben ser auténticos maestros, personas abiertas a la verdad total en las
diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y vivir convencidos de la capacidad humana
de avanzar en el camino hacia la verdad.
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