PALABRAS FUERTES Y LAPIDARIAS
Nadie viene al Padre sino por mí : seamos consecuentes y verídicos. Ríos de tinta
se gastan a diario escribiendo sobre los misterios de la religión cristiana de todas las
denominaciones, aunque casi siempre al que escribe como hizo Jeremías, se le aparta
porque juzga a los demás según los parámetros culturales de la actualidad.
Vamos al Padre según nos enseñó Jesús solo por medio de Él, lo cual significa
que todo lo que se hace en nombre de la piedad está bien o algunas veces mal, pero lo que
sin duda es cierto son estas limpias palabras de Jesús . Salvan o pierden.
Si no es por Él y a cuenta de Él no va nadie a Dios como Padre sino como sea
pero de otra forma. Ahí entra el juicio y otros añadidos, que no son de mencionar aquí.
Piensen los pensadores.
De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el
reino de los cielos . (Mateo 18:3) Otra condición que Jesús propone a los suyos. Hacerse
como niños es creerle a Él de modo total y sin fisuras . El niño no pregunta para dudar. El
niño pregunta para saber; y lo que le dicen sus padres, eso es . Si el padre lo lanza al aire
jugando, él no teme que se le deje caer. Simplemente confía en el amor del padre, aun sin
ser consciente de ello.
Yo no veo que casi nadie de nosotros se haga como los niños en relación con el
Cristo . Somos discutidores, tenemos nuestras propias “teologías”, y cada cual, por decirlo
en palabras toscas, toca su pito. Discutimos a cuenta de la fe no solo con los hermanos
discrepantes sobre tal o cual asunto, sino con el mismo Dios , y somos arrogantes y
caprichosos.
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob
y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos . (Lucas 13:28) En esta
materia no cabe duda de que no estamos muy a tanto ni los creyentes ni los no creyentes.
Las tinieblas de afuera son ni más ni menos que el apartamiento de Dios que es
la LUZ eterna.
Nadie que esté fuera de esa Luz puede gustar las glorias del Reino, junto a Dios y
sus santos escogidos. Pensemos que las palabras “lloro y crujir de dientes”, no es una
exuberancia semítica, sino que más bien se queda corta para expresar lo que es estar fuera
de la bendita luz del Creador. Como el que suspende unas oposiciones, no puede gozar,
como el que las aprueba y da saltos de alegría.
El agravio comparativo es tan enorme, que todos los réprobos dirán: Yo pude
creer a estos “locos cristianos” y no quise porque se interponían a mi orgullo, pastores,
curas, monjas, etc. y otros tantos a los que yo aborrecía, en vez de seguir las palabras de
Jesús que fueron de tanto bien para otros. ¿Tanto me costaba seguir estas palabras de
vida ? Y los santos y escogidos, alabando, dirán sin parar. ¡ Santo, Santo, Santo eres, Dios de
mi alegría! Para siempre eres mi luz y mi vida.
Rafael Marañon