Verdades y números
P. Fernando Pascual
18-6-2011
Estadísticas por arriba, estadísticas por abajo. Siempre números. Preguntas y respuestas de la
“gente” que ha sido entrevistada. ¿Quién los escoge? ¿Cómo se les localiza? ¿Por qué responden?
¿Cuántos se niegan a hablar?
Las estadísticas recogen números. Tantos a favor, tantos en contra, tantos que no saben o no
contestan.
La verdad, ¿dónde queda? Las estadísticas dicen algo sobre lo que la “gente” opina. Pero, ¿nos
interesan opiniones o buscamos verdades?
El mundo vive confundido entre números y números. Si, además, hablan personajes famosos,
hombres o mujeres que han recibido premios y diplomas, escritores y actores, periodistas y líderes
sindicales, las voces adquieren un tinte de “autoridad”. Pero, ¿ayudan tantos discursos y entrevistas
a comprender mejor cómo están las cosas?
En el horizonte de nuestros deseos más profundos sigue vivo un deseo de verdades. Los números
quedan como eso: números. Las listas de quienes están a favor o en contra sirven sólo como
pantallas que impresionan, sin que sean suficientes para encontrar senderos de luz ni pistas hacia lo
verdadero.
La búsqueda de la verdad no puede detenerse en los números, en las votaciones, en la misteriosa y
manipulable “opinión pública”. Va mucho más lejos, exige investigaciones profundas y serias,
compromete lo más íntimo y lo más serio de nosotros mismos. Nos lleva a un trabajo sereno,
concienzudo, por pensar cada tema, por evaluar las fuentes de información y su fiabilidad, por
llamar a las puertas que haga falta para ir a fondo.
Con un trabajo bien llevado, daremos a los números un lugar muy relativo. Seremos capaces de
estudiar cada tema desde un corazón despierto y una mente bien ejercitada a la disciplina y a la
investigación. Acogeremos la verdad sea cual sea, la diga quien la diga, aunque luego descubramos
que somos parte de la “minoría” según las estadísticas...