ALTURA
Llevado por mi inquietud
He subido a la altura.
He pensado en mi infinitud
Y de mi vida, su dulzura.
Ser dulce, Señor,
Es ser afable, acogedor.
Tierno y enamorado.
Poseer la dulzura cada día
Es como vivir en la altura
Con el corazón sano y enseñoreado.
Ser dulce es ser abierto,
Comprensivo y atento.
Ser dulce es vivir la vida
Con pleno sentimiento.
Quien no mira a la altura
No siente el ansia de perfección.
Quien a menudo al cielo mira,
Piensa y ama a Dios, el Creador.
Felipe Santos, padrecito salesiano
Poema diario