TUMBADO EN LA HIERBA
Se quedan mis ojos atónitos
Ante tanta belleza.
Veo miles de flores variadas
Expandiendo su aroma,
Embelleciendo las riberas del río,
Contrastando la luz solar
En medio de tu grandeza.
Me siento hierba esta mañana
Cuando apoyo mi vida en ella.
No hay mejor lecho
Que el lecho de la naturaleza.
Son una imagen viva
Del mundo de la persona:
Todas son bellas con tal
Que las veamos en toda su magnificencia.
Desean los brotes de las flores
Emerger al campo de la belleza.
Le brindan su natural hermosura.
¡Qué lástima que algunos no lo vean!
Sumido en el mundo divino,
Todas ellas entran felizmente
En el alma y en la conciencia.
He de saber admirar la belleza
De cada persona
Al lado de Dios y de la naturaleza.
Felipe Santos, padrecito salesiano