“A vosotros os llamo amigos, porque todo lo
que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer” (Jn 15,15)
Felipe Santos, SDB
Jesús quiere ser un amigo. Se coloca en medio,
pero no por encima, porque solo la igualdad y el
afecto crean libertad. Su confianza es total: a sus
amigos Jesús se lo ha comunicado todo. Fíjate en
tus amigos, con quienes puedes compartir tus
sentimientos, tus vivencias, tu fe en Jesús. Ten a
cada amigo/a como el mejor de los regalos.
Pasaré junto a Ti largos ratos, para oírte el amor.
Jesús enseña y realiza signos mediante los cuales el
oyente puede inmediatamente ver y ser conciente de su
propia imagen, y de este modo generar la conciencia
necesaria para que surja espontáneamente la necesidad de
rebelarse contra un modelo social injusto y comience a
buscar la forma de organización que sí conviene al ser
humano: La organización fraterna, igualitaria, justa. Ésa es
la finalidad del proyecto de Jesús: Hombres y mujeres que
nos empeñemos juntos en la tarea de construir un modelo
de sociedad nuevo, y habría que añadir un modelo eclesial
nuevo, donde todos quepamos.
Ese modelo de sociedad sólo es posible si se basa en el
amor, tal como nos lo dice hoy el evangelio. Sólo si nos
amamos lograremos experimentar en profundidad el gozo
de ser amigos de Jesús; él es nuestro amigo, quiere lo
mejor para nosotros; no nos mira como siervos, porque ya
él mismo lo dijo, “el siervo no sabe lo que hace su señor”; él
nos llama sus amigos, nos siente como sus amigos y está
dispuesto a emprender en nosotros y con nosotros la lucha
por una sociedad mejor.