LA PERSONA OPTIMISTA
Por la mañana se levanta
Con una sonrisa en sus labios.
Por la noche se despide
Dejando fragancias a su lado.
No sabe nunca de tristezas
Ni de decaimientos en su alma.
Es cortés en sus modales
Y todos con ella hallan calma.
Es sensible en su trato diario
Y rechaza toda alabanza vana.
Está siempre dispuesta a ayudar
A todo aquel/a que lo reclamara.
No hay nada oculto en ella
Que no lo transparente su alma.
¡Qué bello y hermoso es, en la vida,
estar al lado de una persona de esperanza!
Felipe Santos, padrecito salesiano
(Cada día hay un poema en mi Muro)