OASIS
Silba el viento
En la cañada
Como tañido de campanas..
Tan, tan…
Un latido temprano
Despierta mi mañana.
Un incendio ancestral
Me deslumbra el alma,
Y me cuenta que es de día
Que ya los grillos no cantan,
Que sus rayos como diamantes
ruedan por mi cama.
Una lágrima descifra
Las señales del cielo,
Surgen remembranzas
De ternuras, de voces,
Miradas, y manos dormidas aún
Acariciando mi cara…
Mis niños…mis hijos…
Con sus manitas abiertas
En el pétalo del tiempo,
Como un milagro
Se acercan a mi falda
Y ahora… sí…
¡despierta mi mañana!!
¡Y Jesús como florido almendro!
Felipe Santos, padrecito salesiano