MI TESORO
Se ha sosegado
La brisa mañanera.
El mar tiñe de rojo
La luz de primavera.
La aurora se desliza
Por el horizonte de azafrán.
Los remos de nuestra barca
Van poco a poco adentrándose
En el tesoro vivo y tierno
De nuestra amistad.
Cuando llegamos al fondo,
Todo son nácares, piedras preciosas,
Y por encima de todo brilla
El tesoro encontrado
En tu corazón de cristal.
Felipe Santos, padrecito salesiano