COSMÉTICA
A la gracia femenina
Le basta su ingénita hermosura.
Pero descontenta de sí misma,
Nuevas formas se procura.
Y, de esta forma, algunas
Su prístino encanto exterminan.
Me da pena que se hallen
Descontentas del semblante
Que Dios les diera.
Y al corregir su plana,
Muchas se estropean.
¿De qué valen las diademas
al pecho colgadas, el brillante
rubí, o la filigrana de pendientes en las orejas?...
¡Qué pena de tanta pintura
que tacha la tez de primavera!
La cosmética es una forma
De emplear mucho dinero
Para ocultar la verdadera naturaleza.
La mujer prudente siempre es bella
Por las cualidades que cultiva
Que van más allá de la simple belleza.
Mujer, adórnate con dones divinos.
Y serás la admiración en todos los caminos.
Felipe Santos, padrecito salesiano