ALEGRE SIEMPRE, AMIGA ELENA
Amiga, mirada dulce, sonrisa abierta, le robas al viento su
aliento... sonríes y se abre el universo de par en par.
Si eso lo permite el viento, ¡cuánto más la recepción, en la
que vibras ante tu gusto ante las visitas!
Bella y dulce amiga, todo lo conviertes en poesía, en algo
lindo como un bello amanecer .
Encuentras en los versos y en la prosa poética un
verdadero placer, un deleite supremo que te estremece el
cuerpo y se afina tu preciosa sensibilidad.
Pasan los años y tu recuerdo sensible pervive como una
ola que sigue a otra en el duro acantilado de la mar.
Emprende cada día una senda nueva, mira qué bella es la
vida, disfrútala y gózala con alegría en el manantial de tu
risa.
Hoy se rinde ante ti la recepción y te envidian los cuatro
puntos cardinales por los que se respira tu dulzura de
amiga.
Felipe Santos, el padrecito salesiano