DOLOR DEL MARTES SANTO
Padre mío, si es posible, que pase de mí este Cáliz, pero no
sea como yo quiero, sino como quieras Tú. -Evangelio
según San Mateo.-
¿Por qué me hiciste, Padre, nacer en este mundo
donde la iniquidad por doquier prolifera?
Lo mismo que tú dices hoy.
¿Por qué dejas que sufra esta horrible quimera
que me cambió en el Templo de manso en iracundo?
Ayer y hoy triunfa el poder
¿Por qué fue tu mandato tan tajante y rotundo
sin cederme la opción, para que Yo escogiera?
Esta noche estoy triste, pues ya me desespera
el peso de mi cruz y siento que me hundo.
La queja del que sufre ante la muerte
Soberano infinito de todo lo creado,
me mandas redimir a un mundo incomprensible
donde se ha preterido la virtud del amor.
Y sigue habiendo falta de amor
Aparta de mí el Cáliz de ser sacrificado.
Mas si ese es tu deseo, sé que eres infalible:
tu voluntad se cumpla con mi último estertor.
Señor, te acompaño cada día haciendo
tu voluntad, no la mía. Haz que sea fuerte en
dolor.
Felipe Santos, padrecito salesiano