Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
El atrio de los gentiles
Papa Benedicto XVI acaba de dar vida a un foro de diálogo entre creyentes y no
creyentes llamado el atrio de los gentiles. Se inauguró en París, símbolo de la
Ilustración del siglo XVIII. Como nota cultural recordemos que el atrio era una amplia
explanada junto al templo de Jerusalén donde se acercaban, sea los que no compartían la
fe de los judíos, ya sea los que se acercaban para interrogase sobre la religión. Ahora se
abre un espacio para el diálogo respetuoso entre personas de convicciones diferentes
pero que desean un mundo mejor, más libre, justo y solidario, más pacífico y más feliz.
La búsqueda de la verdad no es fácil, pero no debemos tener miedo de cuestionarnos.
Las religiones no pueden tener miedo de una laicidad justa, de una laicidad abierta que
permita a cada uno vivir lo que cree de acuerdo con su conciencia, si queremos vivir en
un mundo de libertad, igualdad y fraternidad, creyentes y no creyentes tienen que
sentirse libres de serlo. Hay que evitar el miedo que nace del desconocimiento mutuo,
del escepticismo y de la indiferencia.
El encuentro entre la fe y la razón permite que el ser humano se encuentre a sí mismo y
en este sentido resultará interesante seguir las actas de los encuentros, testimonios y
experiencias.
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