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RELATIVISMO, MENTIRA Y PROGRESÍA 1
La mentira, el engaño, la demagogia es una característica común a la
Internacional Socialista desde la II KOMINTERN a partir de la cual surgieron
verdaderos genios de la propaganda y la agitación. El diablo, padre de la mentira
dispone con ella de una gran arma.
La mentira avalada
y legitimada
por
la Pseudo-Filosofía del Relativismo Moral
hace posible que un político pueda presumir de decir una cosa en cualquier
momento, y la contraria a las dos horas y pavonearse de ella. Con el uso y
abuso del Relativismo Moral, elevado a dogma de una Nueva Religión ,
desparecen la verdad y la mentira, lo bueno y lo malo,…Todo vale si nos da
dinero, poder, fama, placer, prestigio,…
En definitiva, por principio, a quienes han adoptado como moral el
“Relativismo” no se les debe creer ¡nunca! , ¡Jamás! Digan lo que digan.
Mienten, mienten,
mienten y mienten. Mienten siempre desde hace más un
siglo. Mienten todos los días, a todas horas, en todos los lugares, a todas las
personas y en cualquier ocasión. La mentira ha llegado formar parte de su
propia naturaleza . De tanto repetirlas se las creen hasta ellos mismos. Cuando
por error o despiste dicen una verdad; entonces, ¡también mienten! Pues esa
verdad la utilizarán como calzador para darnos gato por liebre. En resumen :
¡No se les puede creer jamás!
¿ Cómo hemos llegado al Relativismo moral? La naturaleza del hombre exige,
para vivir consigo mismo y convivir con los demás y con la Tierra, unas reglas de
conducta. La primera de estas reglas nos viene dada por nuestra propia
naturaleza y la llamamos “Moral Natural”, grabada en nuestros corazones: no
robar, no matar, no mentir,… no necesitan comentarios
Pero, no creer es una postura negativa y las negaciones solo sirven para resistir;
para vencer hay que pasar a la ofensiva hay que buscar
La verdad
. En el
Relativismo es imposible distinguir la verdad de la mentira pues no hay
diferencias entre ellas, desde el momento en que “todo vale” y todo es
negociable.
Para los creyentes en Yahvé, el Dios de los judíos, cristianos, ortodoxos, etc. dio
a sus fieles una ley “Los Diez Mandamientos”, ley eterna, invariable e
independiente de los hombres. Prácticamente incluye y perfeccionan a la moral
natural y nos rige desde los tiempos de Moisés . Para los cristianos no hay
problema :
la verdad es Dios, creador del cielo y de la tierra y su palabra,
la Biblia.
Él nos ha dicho lo que está bien y lo que está mal , lo que es bueno y
lo malo, lo verdadero y lo falso. ¿ Y Para los no creyentes?
Para los no creyentes o creyentes de otras religiones o sectas, el 10 de diciembre
de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la
Declaración Universal de Derechos Humanos. Con ella se pretendía una regla
común para todos los hombres, creyentes y no creyentes en la que Dios no
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existe. Sin embargo pocas leyes han sido tan incumplidas como esta,
especialmente por los países poderosos con fuerza para incumplirla.
Los poderosos necesitaban más. Necesitaban y necesitan imperiosamente una
Moral que les permita justificar y legalizar sus abusos económicos y de poder,
injusticias, robos, muertes, perversiones sexuales, demagogias y, sobre todo,
mantenerse en el poder. Lógicamente la encontraron en una obsoleta filosofia
de los griegos de hace más de dos mil aos: “El Relativismo Moral”
Pero por mucho que nos quieran hacer creer que se legalizan en nombre de la
libertad, la justicia, la igualdad, la democracia y otro montn de “mandingas” no
hay forma de que sea aceptada por la naturaleza humana. Los resultados no
concuerdan con el deseo de felicidad de los hombres y mujeres, ni mejoran a la
moral cristiana. Con el Relativismo el bien o el mal no tienen sentido.
Se ha conseguido imponer la idea de que son cosas muy buenas los abortos, los
divorcios a gogo, el sexo libre, las drogas, la EpC, … simplemente porque han
sido legalizadas por mayoría de votos y el voto determina lo legal o no legal, lo
moral o inmoral, lo bueno y lo malo,…Y quien no lo acepte: ¡ a los tribunales, a
pagar grandes multas o a descansar en la cárcel durante varios años ¡
Mérida (España), 17 marzo de 2011
Alejo Fernández Pérez