En el Principio. . .
Felipe Santos, SDB
¿Qué viene a tu mente cuando piensas en Dios? Esa
es la cosa más importante acerca de nosotros. Lo que
creemos acerca de Él determina tu destino eterno.
"En el principio..." Esas son las palabras más
sublimes en la Biblia. Imagina conmigo por un rato
a Moisés diciendo la historia de la creación a los
israelitas. "En el principio creó Dios los cielos y la
tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las
tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las
aguas. Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. Y vio
Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las
tinieblas” (vv. 2-4).
Esas palabras de apertura en el libro del Génesis nos
dicen sobre la visión de Moisés de la creación y la
soberanía del Creador sobre toda Su creación. El
Dios que creó a Israel también creó el mundo entero
y todo lo que está en él. Ya que Dios es antes de
todas las cosas y creó todas las cosas, no puede
haber ídolos o dioses falsos. No existen. El SEÑOR
Dios de Israel es el único Dios. No hay otro. No sólo
es el Creador de toda la vida, sino que Él también es
el Dios que redime al hombre caído y entra en pacto
con él.
Moisés nos dice que el nombre personal de Dios es
Yahvé o Jehová. Algunas de nuestras traducciones
Inglesas usan "SEÑOR" en las cuatro letras
mayúsculas cuando se refiere a este nombre de Dios.
El apóstol Juan contemplo la creación y escribió
bajo la inspiración del Espíritu Santo, "En el
principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con
Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio
con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio
de Él, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de
los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las
tinieblas no la comprendieron" (Juan 1,1 -5).
Sustituya el nombre "Cristo" en el lugar de "Verbo"
en el párrafo anterior y usted llega al corazón mismo
de lo que Juan cree acerca de Dios. En el principio
era la segunda persona de la Deidad, Cristo, y
Cristo, estaba con Dios, y el Cristo era Dios. Cristo
estaba en el principio con Dios. Todas las cosas
fueron hechas por Él, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho. En Él estaba la vida y la vida era
la luz de los hombres. La luz resplandece en las
tinieblas y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan nos lleva tiempo antes del tiempo
"en el principio" de Moisés. Él está
hablando de la eternidad antes de que el
tiempo fuera creado. Juan nos toma en
la mente del eterno Dios Trino. Dios
uno y trino. Él empieza diciéndonos que
Jesús es Dios manifestado en la carne.
Dios vino a nosotros en la encarnación.
Las palabras y las obras de Jesús, el
Logos, son las del Dios-Hombre. Cristo,
el Logos no hizo en algún punto en el
pasado lo que llego a ser. Dios el Padre
y el Hijo siempre han existido
eternamente en comunión unos con
otros.
El término logos es aplicado
exclusivamente a Cristo en Juan 1,1, 14;
Apocalipsis 19,13 y Juan 1,1. Hay una
personificación posible de "la Palabra de
Dios" en Hebreos 4,12.
El apóstol Pablo expresa sus
convicciones acerca de Jesucristo,
cuando él escribió a los filósofos de
Colosas. "Él es la imagen del Dios
invisible, el primogénito de toda
creación. Porque en El fueron creadas
todas las cosas, tanto en los cielos como
en la tierra, visibles e invisibles; ya sean
tronos o dominios o poderes o
autoridades; todo ha sido creado por
medio de Él y para El. Y Él es antes de
todas las cosas, y en El todas las cosas
permanecen. Él es también la cabeza del
cuerpo que es la iglesia; y Él es el
principio, el primogénito de entre los
muertos, a fin de que Él tenga en todo la
primacía. Porque agradó al Padre que en
El habitara toda la plenitud, y por medio
de El reconciliar todas las cosas consigo,
habiendo hecho la paz por medio de la
sangre de su cruz, por medio de Él,
repito, ya sean las que están en la tierra
o las que están en los cielos"
(Colosenses 1,15-20). Jesús no solo creó
todas las cosas, sino que también Él es
el súper-pegamento que todo lo
mantiene unido. La preexistencia
personal de Cristo es enseñada por el
apóstol Pablo (2 Cor. 8,9; Fil. 2,6 f; Col.
1,17). Estas palabras de Pablo son
paralelas al pasaje logos en Juan 1,1-18
y Hebreos 1,1-4, así como Filipenses
2,5-11.
Jesús dijo: "El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre" (Juan 14,9). A.T.
Robertson observó: "Jesús es la imagen
misma de Dios Padre, como Él lo fue
antes de la Encarnación (Juan 17,5) y
ahora es (Fil. 2,5-11; Heb. 1,3)… El que
ve a Jesús ha visto a Dios (Juan 14,9)."
Pablo nos dice algo más sobre sus
pensamientos acerca de Dios encarnado.
"Mirad que nadie os engañe por medio
de filosofías y huecas sutilezas, según la
tradición de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según
Cristo. Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la
Deidad, y vosotros estáis completos en
él, que es la cabeza de todo principado y
potestad..." (Colosenses 2,8-10).
Lightfoot dijo: "En Cristo habita toda la
pleroma (plenitud), la completa plenitud
de la Deidad..." En Jesucristo hay
continuamente y permanente en su casa
toda la plenitud de la Divinidad en
forma corporal.
En la encarnación, la segunda Persona
de la Trinidad asumió la humanidad, y
es siempre el Dios-hombre. La plenitud
de la Deidad mora solamente en Cristo.
Toda la plenitud de la divinidad absoluta
constantemente y permanente, vive en
Su humanidad.
Una vez más Juan diría: "Y el Verbo se
hizo carne, y habitó entre nosotros, y
vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre, lleno de gracia y de
verdad..... Nadie ha visto jamás a Dios;
el unigénito Dios, que está en el seno del
Padre, Él le ha dado a conocer” (Juan
1,14, 18).
Es maravilloso ver en las Escrituras las
tres Personas de la Divinidad que
trabajan juntos armoniosamente por toda
la eternidad para cumplir Su propósito
eterno. No hay desunión o falta de
armonía en la Santísima Trinidad.
La obra de la creación es la obra de Dios
Padre (Génesis 1,1), el Hijo (Col. 1,16),
y el Espíritu Santo (Job 33,4; 26,13; Sal.
104,30).
La Encarnación fue llevada acabo por el
poder del Altísimo, cuando el Espíritu
Santo "te cubrirá con su sombra; por eso
lo santo que nacerá será llamado Hijo de
Dios" (Lucas 1,35).
Las tres personas están presentes en el
bautismo de Jesús, cuando Él subió del
agua, el Espíritu Santo descendió sobre
Él y he aquí la voz del Padre fue
escuchada de los cielos (Mateo 3,16,
17).
En Hebreos 9,14 la obra de la expiación
es presentada como la sangre de Cristo,
mediante el Espíritu eterno ofreciendo a
sí mismo sin defecto a Dios el Padre.
La resurrección de Cristo es atribuida al
Padre (Hechos 2,24, 32), al Hijo (Juan
10,17, 18), y al Espíritu Santo (Romanos
1,4).
Somos salvos por la obra de las tres
Personas de la deidad de Dios, el Padre
nos conoció de antemano, por el Espíritu
Santo nos santifica, y hemos obedecido
a Jesucristo y hemos sido rociados con
Su sangre (1 Ped. 1,2).
Jesús nos dice en Juan 14,15-23 nosotros, como
creyentes somos habitados por el Espíritu Santo (v.
17), el Hijo (vv. 18, 20), el Padre (v. 23).
Dios hizo todo esto en perfecta unidad y armonía
para que usted pudiera recibir la vida eterna. Jesús
dijo: "En verdad, en verdad os digo: el que oye mi
palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y
no viene a condenación, sino que ha pasado de
muerte a vida" (Juan 5, 24).
¿Qué cree usted acerca de Él? ¿Dónde va a pasar la
eternidad?