Hoy ya pasado dos tercios de mi vida, serena mi
alma, pienso…
Apoltronado cómodamente, rodeado de libros y
recuerdos…
Cierro mis ojos y dejo viajar mi
mente a ese pasado que añoro…
Pero que no me causa dolor, más si, gozo de haber
vivido hasta hoy…
De pronto en mi viaje, me encuentro niño como
canillita, lecherito…
Jugando después de los deberes escolares, las
figuritas, las bolitas…
Los barriletes en agosto,
enviando con ellos mensajes al cielo…
El día de la Madre, cuando junto
a un poema, pintaba un ramito de nomeolvides…
Un ruido me sacude, abro mis
ojos, bebo un sorbo de brandy y los cierro…
Continuo el viaje a ese pasado que lleno mi vida, en
él me veo ya adolecente…
Los repuestos fueron mi oficio económico, entre
ellos y los libros crecí…
Ellas estaban en mis días, mis hermanas y por ellas
aquellas, sus amigas…
El cine, junto a mi hermano y amigos llenaban los
fines de semanas…
Luego la pubertad, Montercarlo donde aprendí a
bailar y comenzar la búsqueda…
De aquella que mi corazón anhelaba…, mis brazos
estrecharon cinturas…
Y al candor de la penumbra y al son de la música, me
mostraban rostros que no eran…
Sigo mi viaje y busque a la luz de Hugo Pratt y
Alberto Brescia, mi otra pasión: dibujar…
Algunas clases de pinturas, consumieron mis días y
ella no estaba, pero si un número: 967…
Dos años donde aprendí más que en los libros, y que
ofrecí a mi Patria, me maduraron…
Mi adolescencia fue maravillosa, solo rescato de
ella, lo dulce…, lo amargo lo olvide…
Y el sol se hizo en mi vida, un teléfono y un
dieciséis de julio me la trajeron…
Entonces, deje atrás la adolescencia porque para el
Amor uno debe ser mayor…
Una puerta que se abre, me vuelve a la realidad, una
dulce voz pronuncia mi nombre…
Un aroma de café, una bandeja, dos pocillos, me
muestran su amor y mi felicidad…
Anoche añoraba la adolescencia, hoy escribo de ella
para decir que no era añoranza…
Más si no, deseo de darle gracias a Dios, por ella y
por la vida que hasta hoy he gozado…
lorenzo
15/03/2014