Mi ser interior

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio 

 

 

Descubrir que uno existe es tan simple como reconocerse a si mismo,
descubrir quien es uno, bastará mirarse a un espejo, él reflejará quien soy.
Otros verán en mí, lo que tal vez yo no vea de mi mismo…
Lo más triste será que yo quiera verme como quisiera ser, y no aceptarme como soy.

Así podré andar en este mundo llevando mi imagen exterior con orgullo,
pero quizás nunca muestre a los demás mi ser interior, él puede pedirme que lo muestre al mundo.
¿Pero como mostrar a otros lo que yo ni siquiera se como es, si yo no lo descubrí?
Por eso he decidido hacer un buceo en mi interior buscando ese ser que deje olvidado tanto tiempo.

Así he descubierto que no me era tan extraño mi ser interior, él siempre quiso estar así, inadvertido,
pero he podido descubrir que fue quien me guió en los actos simples y difíciles de mi vida.
El me dio la fortaleza en la niñez, cuando al cielo partió papá, y fue él que me hizo aceptar la guía de otros hombres, que sin serlo, me dieron el sustento de apoyo paternal.
Estuvo en cada decisión difícil que debí tomar en los días de mi vida…
y hoy descubro que fue él quien aquieto mi ser exterior tantas veces de hacer aquello que me impediría después ser feliz, descubrí así, el porque lo deje olvidado a mi ser interior, el impidió que yo fuera feliz comiendo el fruto del pecado, el cual es dulce y da placer, pero se vuelve luego amargo e impide la felicidad duradera, por eso me avergonzaba de él, pero no sabía yo que por eso, él era feliz, me había salvado de un dolor grande.

Hoy aquí y ahora, ya cansado mi cuerpo por los años que lleva sobre el, camino con orgullo entre el gentío mostrando a todos mi ser exterior que tiene en la piel adherido a mi olvidado ser interior…
Me preguntan muchos cual es el secreto de mi sonrisa, o de mi disposición a estar alegre en esta vorágine que nos propone el mundo de hoy, suelo decir a quien escucha algo así:
Desde que encontré mi ser interior he podido vivir la intensidad de la vida, así la tristeza dura tan solo el tiempo necesario para reconocer el dolor que la causo, la alegría no es sino, el saber que no estoy solo, ÉL esta conmigo, la paz interior nace de haber encontrado y aceptar tal como es a ese Ser Interior, en esa armonía de Cuerpo y Alma están unidas, la felicidad, la alegría, la paz…, es decir:
EL GOZO DE VIVIR ESTA VIDA TAL COMO SOY, EXTERIOR E INTERIORMENTE.


                                                                                                                                                                     lorenzo 27/04/2006