Caminar

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio 

 

 

Aquella mañana fresca de septiembre,
con el sol naciente tras la alameda.
Con el aire fresco golpeando en mi rostro,
deje que mis pasos me llevarán sin rumbo.

Al sentir bajo mis pies,
la suave y mullida alfombra verde esmeralda.
De aquel césped natural,
comprendí así, el placer de caminar.

Seguí desandando el sendero,
bordeado de árboles e insipientes flores primaverales,
con el sonido agradable del gorjeo de los pájaros.

Sentí en mí, la vida.
Comprendí la gracia de caminar,
pude sentir la sensación de estar dentro de la naturaleza,
siendo parte de ella, no un elemento ajeno a la misma.

Pude allí, quizás, comprender a Jesús caminando,
para de esa manera estar más cerca de todos.

Caminemos, no por caminar.
Caminemos para hallar en ello, placer,
placer de vida, placer DE LA VIDA.-

lorenzo 09/1994