La sencillez de la violeta

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 


¿Quien no vio alguna vez una simple flor, esas del campo, una violeta, o una verbena,
o tal vez una simple margarita, quizá una simple nomeolvides?
Son tan simples que al verlas, uno esboza una sonrisa, tan solo por la candidez que derraman.  
Pero también están las otras, las rosas, las orquídeas, los claveles.
Han observado que cuando alguien quiere quedar bien, regala rosas, claveles, orquídeas, y que 
son pocos los que regalan, violetas.
Pero sin embargo cuando, tan solo se lleva una rosa, un clavel, sin el adorno adecuado, este o aquella, también se transforman en una flor más.
Pero mira con atención, cuando a esa flor “importante” se le pone como adorno unas simples violetas, o quizá unas tiernas margaritas, estás resaltan el esplendor de la rosa, o del clavel.

Reflexión:
                Igual que las flores sencillas y humildes,
                los hombres con humildad de corazón,
                hacen que quienes, con ellos se rodeen,
                tal como la rosa, tal como el clavel,
                los destaquen en la vida.-

                                                                lorenzo    1997