El aborto es pecado al menos por tres

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Siempre se presenta al aborto tal como lo que es: Un Aberrante Pecado.
Pero siempre se contempla este pecado desde la figura de la mujer, signo de debilidad, pero que no lo es realmente, dado que ella es tan solo la que engendro por el hecho de ser mujer.
Sea esa fecundación por un acto de amor querido y consentido, o bien por un acto sexual por el solo hecho del placer carnal de un momento, o por aquel no-querido y habiéndose violentada su voluntad (violación), en cualquiera de estas formas ese ser inocente que se gesta en ese vientre maternal, fue obra de la voluntad de Dios, y la participación de un varón, es por eso que el pecado grave del aborto, compete por añadidura al varón causante necesario de la fecundación. Si la decisión de abortar ese ser que se gesta en ese seno maternal, es de la mujer, el hecho de ser la madre es grave su pecado, lo será también de aquel varón que acepte la decisión de esa madre de abortar el hijo de su sangre, sin hacer el supremo esfuerzo de evitarlo, asumiendo su paternidad y comprometiéndose a ser para esa futura madre y de aquel hijo que nacerá, el padre y el marido o bien el varón que respaldará con su vida el bienestar de ambos. Si el caso de la gestación por violación, no se debe por ello considerar menos grave la decisión de abortar, es este caso, de la madre y eventualmente por la presión de sus padres u otras personas que tengan influencia en su vida. Tampoco debe olvidarse o quitar responsabilidad de ese varón, que ya tiene en su conciencia el grave pecado de violación. , y sobre quien recaerá también el gravísimo pecado de que otra persona, en este caso una mujer tome la decisión de abortar el fruto de acto sexual aberrante como lo es una violación. Pero una tercera persona completa el triangulo del terrible pecado del aborto, aquel que lo practica, sea medico, en este caso su pena es mayor, ya que su misión es la vida y no la muerte, si un seudo medico o medica, tendrá que sobre su conciencia el pecado de homicidio que cometió, más allá de haber llevado a una mujer a condenarse, porque de no hacer el aberrante acto de provocar un aborto, una madre amantaría a su hijo y un hijo abrazaría a su madre.
Por eso creo que nuestros legisladores (espero que un día por sus actos le quepa este titulo) tendrán que profundizar mucho en este tema y a la luz de la fe sobre la que se juramentaron, puedan conformar los argumentos de una ley, justa, pero a la vez severa, para aquellos que por el solo hecho de placer sexual arrastran y se arrastran a provocar abortos en el mundo, y la sociedad toda tendrá algún día reflexionar cual será su pena, cuando consiente o inconscientemente avalen y aprueben leyes abortistas en todas sus formas y crean que con solo rechazarlas en conciencia esta todo sanado y nada se hace por evitarlo. En especial aquellas madres, que para evitar el embarazo de sus hijas, las instan a “cuidarse” usando métodos como, el preservativo, la “píldora” u otros igualmente malignos y después prejuzgan y condenan a quienes lo hacen.
Sin tener autoridad de cualquier otro orden que no sea mi conciencia, he escrito esto, no para que se cumpla, según lo expresado, más sino para crear en la conciencia una luz más sobre el terrible flagelo del aborto.-


lorenzo 26/04/2004