Lo que me robaron

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Desde mi niñez, dentro del seno familiar aprendí cosas que hoy el hombre ha ido perdiendo.
Lo que primero perdió el hombre: fue su dignidad, a manos de otros inescrupulosos personajes que cambiando el sentido de la palabra “gobierno” gobernaron para si mismo, y no para lo que fueron elegidos: para el “pueblo”, con ese poder que les fue dado, comenzaron a dar dadivas  en lugar de trabajo, único modo de tener dignidad: Sentencia de Dios al hombre antes que el día comience: “Que el pan no venga a tu mesa sin el sudor de frente…”

Ven mis ojos, escuchan mis oídos y me duele el corazón, como se han perdido los valores, en primer lugar lo ético, antes un pacto de un apretón de manos sellaba cualquier cuestión, la palabra valía más que cien documentos firmados, así el honor no dependía de papel alguno, ese apretón de manos o la palabra empeñada se mantenía aún a costa de perdidas económicas,   eso era honor, hoy solo tiene valor aquello que me produzca ganancias económicas, aunque ellas sean sin honor.
En segundo lugar: los morales, si bien debería estar en primer lugar, el hombre lo a degradado tanto que me duele escribirlo.
De niño se me enseño que los actos reñidos con la moral, estaban mal y según la rigidez de la Fe que cada cual practicara, ello era Pecado, dado que se rompía de hecho algunos de los diez mandamientos de la Sagrada  Ley de Dios.
Hoy se me parte el alma, y el corazón está yerto ante tamaña falta de moral en los actos cotidianos de nuestras vidas, desde la promiscuidad, pasando por la inmoralidad con nos niños, llegando a la pedida de valor de la vida, hoy se mata, viola, roba, tanto por nada, como por placer.

Lo último que me ha preocupado es algo que me han robado en mi propia cara, y amparados quienes lo han hecho en lo más sagrado de cualquier pueblo: La Constitución y en Democracia.
Lo que me han robado, al menos a mi, es La Responsabilidad, siendo joven y trabajaba para sustentar mi existir y en parte a mi familia, se nos enseñaba serResponsable, ello significaba que cualquier acción que produjera una falla en el conjunto de trabajo, uno debía ser responsable y actuar en consecuencia, ello significaba declararse “culpable” del error. No significaba ello otra cosa que: asumir responsablemente reconociendo el error, ello en lugar de castigarse, se valoraba y hacía a quien así actuara fuera por eso tenido por muy digno.

Lamentablemente nuestros funcionarios públicos, administran mal, endeudan al país, por ende a mí. No he escuchado de boca de uno, decir soy un irresponsable, júzguenme, tampoco he encontrados jueces, salvo algunas excepciones que juzgara a funcionario público alguno.

Lo anterior es a mi criterio, por la perdida del hombre del Santo temor de Dios, es decir, temo pecar contra Dios, y no “le temo a Dios porque me castigará”.  
Al perder el hombre este Valor, se transforma él en  dios, ya que a nadie teme, ni tiene que rendir cuentas a nadie. Sin conciencia el hombre se transforma en animal,así es lo mismo matar que amar, violar que casarse, ya no tiene fuerzas para rechazar el mal, entonces es lo mismo: ser adicto, promiscuarse, que matar a su madre, o vejar a un niño, etc.…

 

Este escrito solo tiene valor como reflexión personal y a modo de sacar de mi interior aquello que me molesta. Si alguno que pudiera leerlo considera que estoy equivocado debe tener razón, pero me gustaría conocer mis errores y así enmendarlos.

Aunque todo esto el poeta lo dejo en letras y no es esto un plagió ya que lo escrito salió del corazón. Ese poeta fue quien dejo para la inmortalidad, ese tango profético y actual: “CAMBALACHE”.

 

Gracias por leerlo, perdón por los errores…

                                                                                              lorenzo  23/02/2012