¿Comunicación…?

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Desde siempre existió la comunicación, sea cual fuera la especie, humana o animal…
De los humanos podríamos enumerar los modos y elementos de comunicación: desde las señales de humo, o el reflejo de un elemento que lo pudiera hacer, “un espejo”, los tambores u otros elementos de percusión que se iban retransmitiendo, llevando las noticias por esos medios.
Luego el chasqui, la diligencia, precursores del correo, por ende de las cartas que ellos llevaban, el telégrafo trajo otro medio de noticias más rápido, y como rápido llego el teléfono que nos acercó por medio de la voz al ser querido, o bien a quien debíamos informarle de esto o aquello.
Hoy ciento de medios de comunicación hay, pero quiero detenerme un uno, “el correo electrónico” mal llamado en el uso de nuestra lengua “e-mail”.
Sistema extraordinario para comunicarnos con el mundo todo, por él, recibo a diario muchos correos, con maravillosas imágenes, paisajes, lugares, fotografías, filmaciones, dibujos y pinturas. Poemas, reflexiones, pensamientos, oraciones, cada cual más bello y mejor elaborados, que deleitan los sentidos y dan gozo al corazón.
Se quien me los envía, bellas personas (en el sentido literario de una persona con mayúsculas)

Pero adolece este tipo de mensajes de algo puntual: salvo excepciones a la regla, no son personales esos mensajes.
Por eso para mi, no pocas veces son como un árbol en verano, sin hojas: muerto.
O un día gris, donde sé que el sol está, pero no lo veo.
Tal vez como esos días de invierno, donde la ventisca lo hace gélido.

No pretendo cuestionar, pero soy muy feliz cuando alguien me escribe, entonces es como cuando el cartero llegaba a casa y en un sobre me traía una misiva breve, o paginas con la letra y el corazón del ser amado.
Suelo responder a los envíos con un mensaje personal, otras pido por saber de tal o cual persona: repuesta, un nuevo y hermoso correo de “alguien”enviado por mi amigo.

 

 lorenzo 03/03/2011