Por mi fe (Dolor en mi Alma)

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Soy Católico, mi Fe nació de Dios en mi Bautismo, desde entonces he vivido con ella en mi corazón.
Muchos hombres, a los largo de mi vida quisieron que la dejara y tomara la de ellos, nunca pudieron.
No siempre fui practicante al tenor a la del día de hoy, pero siempre respete a mi Dios, confié en Él y viví según sus mandamientos.
Con el peregrinar de mis días, fui comprendiendo de a poco, por la gracia que de Él proviene y nos concede a por medio del Espíritu Santo, y así descubrí que es la Religión, esa Virtud que me mueve a dar culto a Dios, y en ese culto descubrir, recibir y vivir las Siete Maravillas de la Iglesia, los Sacramentos.
Hoy al entrar a vivir La Semana Mayor de mi Fe, tengo en mi pecho un corazón herido, un dolor en mi alma.
No es el hoy, la causa de dolor, es hoy donde quiero volcar mis pensamientos en la patena de mi corazón, esos pensamientos que son la realidad que le causan una angustia de muerte a mi alma.

Al igual que el Demonio cuando inspiro a Judas Iscariote en la Última Cena, así también el maligno a dejado en el seno de la Santa Iglesia Católica, en hombres débiles sus instigas para que ellos caigan tan bajo como cometer el pecado de violar a inocentes.
Cuando menciono la Santa Iglesia Católica no digo tan solo la Jerarquía, Papa, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosos y Religiosas, si no de todos los Bautizados que somos quienes formamos esa Iglesia, que es Una Santa Católica y Apostólica.

Gracias Dios y Padre Mío, gracias Jesús, Hijo del Padre, gracias Espíritu Santo dador de vida, por ser Uno y Trino, fuente indestructible de mi FE: LA SANTISIMA TRINIDAD.

Gracias porque de esa fe puedo decir que mi Iglesia, a pesar de las instigas del maligno sigue siendo SANTA, más allá de hombres que habiendo recibido el Bautismo, confesado, comulgado el Santísimo Sacramento, de haber recibido los restantes Sacramentos, han cometido pecados que son abominables para Dios, siguen pecando y comiendo de su propia condenación.

Gracias Dios mío porque por mi FE sé que cuando un ministro de tu Iglesia celebra en tu Nombre una de las SIETE MARVILLAS,no es él quien celebra si no que el Sacramento se hace VIDA, por medio de JESÚS, NUESTRO SEÑOR, por la gracia del ESPÍRITU SANTO, que más allá del pecador humano, quien recibe un SACRAMENTO, éste es Limpio y Puro.

Gracias Dios mío por la fe que depositaste en mi corazón, gracias por haberme permitido hacerla crecer, por vivirla y hoy por eso, sufrir. Ello será para mi motivo de gozo, en ese dolor del alma y de un corazón destrozado a causa de mis pecados, pero también de aquellos que no lo reconocen, yo he de vivir esta Semana Santa, tratando de humillarme ante ti, por el dolor que en la CRUZ HA DE PACEDER TU HIJO, perdón Dios mío por este pecador…

   
 
                                                                                                         lorenzo 29/03/2010