Las canicas

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Un año más quedo atrás…
Un año es para mí como un gran pote donde encuentro…
trescientas sesenta y cinco canicas de otros tantos colores,
ellas son cada día de mi existencia, ellas son iguales en forma, pero diferente en colores.

Cada amanecer saco una canica, miro su color y me pregunto. ¿Qué me traerá?
Por costumbre paso sobre ella mi mano, como queriendo quitarle lo ajeno a ella…

Luego procedo a dejarla sobre la bandeja de veinticuatro horas…
Cuando estas terminan deposito con cuidado la canica al pote de canicas usadas.

Al escribir este recuerdo de mi vida, acabo de sacar la séptima canica…
es de color grisácea con vetas celestes, la he observado con detenimiento…
y me he preguntado como será este día y percibo de ella una tenue luz.
Esa luz es como si me dijera, “deja pasar las horas, vívelas, ellas te darán la repuesta”

Para mí, así es la vida, la suma de los días vividos, de cómo fueron estos…
eso dependió de mi, con la ayuda de Dios, Él me da el día, a mi me corresponde darle vida.
Procuro que al ocaso no me olvide de poner la canica en el pote correspondiente…
al acostarme le doy gracias a Dios, por el día y le pido un nuevo día lleno de vida para vivirlo.

Anoche al guardar la sexta canica del año, percibí de ella una corriente intima…
por ella hoy estoy escribiendo este pensamiento.
El mismo es personal, pero permito que tu lo leas y si te sirve…
Alabado sea Dios que me permitió escribirlo…