Los siete diamantes

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Por ser Católico tengo dentro de la Santa Iglesia un tesoro que consiste éste en los que llamo:
“Los siete Diamantes de mi Fe”.
Dios en su infinito amor para con los hombres quiso dejar en Su Iglesia signos visibles para la salvación, salvación que nace en el misterio de la encarnación, y culmina con la ascensión de Jesús a los cielos, salvación para todos los que en Jesús creen y ponen en él, el corazón.
Por eso para todos los Bautizados en la fe católica tenemos para que podamos usarlos sin temores, y sin que el uso los dañe a estos “siete diamantes”.
Ellos son exactamente iguales aún cuando diferentes son sus funciones, y cada uno dimana su luz, ella es diferente según lo ve el ojo de quien recibe por él la gracia de Dios.

Los siete Diamantes, son lo siete Sacramentos, ellos tienen la gracia de la salvación de quien los recibe, y puede uno, ver en un Sacramento la luz que el Señor le permita ver: Así alguien vera una luz blanca, o verde, tal vez azul, o roja, pero la gracia de Dios tiene todos los colores y su luz es un color indescifrable por el ojo humano.

Hay quienes quisieran y buscan cambiar estos diamantes por piedras preciosas, así cambiar al menos seis Diamantes, por ejemplo al que a ojo humano da color verde, cambiarlo por una esmeralda, o un rubí al destello rojo, una turquesa para dar luz azul, utilizar un topacio para el amarillo, y buscar jade u ópalo, según sean las necesidades.

Eso es lo que me duele, que a Jesús Nuestro Señor, se lo quiera reemplazar de acuerdo a placer y la necesidad de los hombres, tan solo porque algunos no crean, otros les moleste la luz nace del Sacramento a recibir, y muchos otros, porque buscan del  Sacramento, su bien personal sin aceptar del mismo lo Sagrado, si no buscando dejar de lado a Jesús, y dejándolo de lado a Él, rechazar la gracia de Dios.
Lo grave es ver como día a día, más y más sacrílegos me quieren mostrar que estoy equivocado, no saben ellos que un día Dios, por Jesús, su Hijo y con la participación del Espíritu Santo un sacerdote me Bautizo. Que Dios ha permitido que día a día, su gracia haya crecido en mi, cual trigal bendecido y que lleno de espigas, hoy tengo en esas semillas la fuerza para luchar contra aquello que me quiera alejar de mis Siete Diamantes.