"Frutos de los Años"

Yo por Ella a El llegue

Autor: Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Un día cualquiera de cualquier año de los que he vivido, buscando en el mundo aquello que no estaba en él, golpeado por los cuatro costados de mi humanidad, obcecado caminaba por el difícil camino de buscar el destino, sabiendo que Dios es el Padre, analfabeto de Jesucristo, ignorante total del Espíritu Santo, pero yo deambulaba solo, es decir sin Él, por eso seguía golpeándome, ya no el cuerpo, sino mi corazón.
Entonces una luz, una voz. ¿Un designio? Si, sin lugar a dudas, Dios puso en mis oídos su voz, y su figura en mis retinas, ella, hoy mi esposa, por ella Dios se instalo en mis días y ya con Él en mí, seguí mi camino junta a mi amada, y Dios tejía sobre mí, por diferentes personajes, su designio y su deseo de mí, -y yo, ignorante de todo- así llego ella, nuestra Madre, un día once de febrero en la celebración de la advocación de Lourdes, yo la descubrí y ella me llamo, porque me decía que su Hijo me necesitaba. No fueron palabras auditivas, sino aquellas que uno siente en corazón, cuando se lo tiene dispuesto, aún sin saberlo.

Meses después, durante un “retiro” de formación al diaconado, Él se hizo presente en mi vida, si, Jesús Nuestro Señor, me llevo consigo y me mostró el camino, un camino difuso por la niebla del mundo, y también me hizo “ver” la gloria de Dios, desde ese día nada de Dios es para motivo de duda, yo que nada de él conocía, de pronto sin saber como, Jesús es el centro de vida, y por su Amor, puedo llevar al mundo aquello que me pidió: Su Palabra, su Amor…

Hoy años después de aquella experiencia y luego de que por Gracia de Dios recibiera yo, de manos de mi Obispo, (ya fallecido) el Orden Sagrado, en grado de Diácono, reavivó Aquel que todos tenemos y no podemos comprender que pueda vivir en nosotros: El es el ESPÍRITU SANTO, y así fortalecido por la Santísima Trinidad, centro y razón de mi existencia voy llevando aquello que por su Madre, el Hijo me encomendará.
¿Como explicar esta realidad en un mundo tan descreído, tan alejado de Dios, tan egoísta?
Esta pregunta estaba al comienzo de mi nueva existencia, hoy ya no está, cual es la respuesta.
Podría ser ésta: A igual que lo hizo nuestra Madre, María Santísima, hagan todo lo que Él les diga, es decir, hacer, practicar, vivir, según las enseñanzas de Jesús en su transito por este mundo, las que quedaron en los Santos Evangelios, por eso explicar la existencia de Dios, no pasa si no por hacerlo visible con nuestra propia vida, con nuestros actos de amor al prójimo, saber perdonar al que nos ofendió, valorar la familia por encima del mezquino interés del mundo, amar y respetar a nuestros padres…, pero para hacerlo más simple, como dijo el Señor: ámense los unos a los otros.
Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
Cumpliendo el mandamiento del Amor, es decir anteponiendo el amor a cada mandamiento es como Jesús quiere que lo vivamos:
¿Si amo a Dios, no cumpliré con su voluntad?
¿Si amo a mi padre y a mi madre, los podré abandonar?
¿Si amo a mi esposa o a mi esposo, puedo serle infiel? etc.…

Oración


Santísima Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra,
te pedimos que escuches esta oración y rogamos que la
eleves por medio de Tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo
por (…) a Dios Padre, para que una vez en su poder, Él,
la devuelva hecha gracia, por medio del Espíritu Santo, que

mora en nosotros, para nuestro bien y para gloria de su
Santo Nombre.
María a ti, que Dios te hizo Madre de si Hijo,
y Tu Hijo te dejo como herencia de su Amor,
haciéndote Madre de todos los hombres.
María en ti confiamos, escúchanos…
amén